A pesar del gran fracaso educativo

01/12/2010 - 00:00 Jesús Mez Madrid

Este retrato, el que hace el informe de la Fundación Santa María sobre los Jóvenes Españoles en 2010, asienta en la sociedad una generación de jóvenes entre 15 y 24 años más interesada en una vida sexual satisfactoria, en el ocio y el tiempo libre, que en el estudio, la política o la religión. Sin embargo dentro de este perfil tan negativo aparecen signos de esperanza. Por ejemplo es una juventud que sigue considerando que lo más importante en su vida es la familia, un dato que supone también una censura a los Gobiernos que más han atacado a la institución familiar. Más aún: le importa mucho llevar una vida moral digna, y un 53 por ciento conserva la creencia en Dios, aunque apenas conozca la belleza y la propuesta de la fe cristiana para su vida. El desafío que tenemos a la vista del citado informe, Sr. Director, es enorme y nos concierne a todos: medios de comunicación, escuela, comunidades religiosas, y por supuesto el mundo de la política. La crisis será mucho más profunda si no cambia radicalmente la orientación cultural y moral de nuestra sociedad, y nuestro sistema educativo. He de reconocer que como profesional de la educación me siento fracaso aunque contento de haber hecho lo que estaba en mis manos. Tal vez eso poco es lo que hace que a pesar del gran fracaso educativo, hay un foco de esperanza.