Abril lluvioso

10/04/2018 - 13:26 Pedro Villaverde Martínez

Los problemas con que iniciábamos el año parece que quieren acompañarnos no sabemos cuánto.

Dejamos atrás ya a ese marzo ventoso que el refranero termina con abril lluvioso sacan a mayo florido y hermoso. La primavera ha venido aunque nadie sepa cómo ha sido. Lo cierto es que con ese estar pendiente de lo que en Cataluña ocurría  y sigue ocurriendo, nos hemos metido en este mes que lleva el apellido de lluvioso. Algunos dicen que en abril aguas mil, pero todas  caben en un barril. No vamos a seguir con el rico y variado refranero aunque sí queremos recordar que está formado con mucha sabiduría basada en mucho tiempo de observación.  Los problemas con que iniciábamos el año parece que quieren acompañarnos no sabemos cuánto aunque bueno será recordar aquello de no hay mal que cien años dure. Deseamos, como creemos que todos, o al menos la mayoría, que este nuestro país sepa conducirse sabiamente y resuelva los problemas. Como están en la mente de todos y si no son los medios de comunicación los que se encargan de decírnoslos hasta la saciedad, vamos a obviarlos. Ello no quiere decir que dejen de interesarnos, pues forman parte de nuestro cotidiano vivir. El tema de las pensiones, más que importante, pues de ellas depende el vivir o sobrevivir de muchos y en condiciones especiales, es algo que de una vez por todas hay que cogerlo por los cuernos y resolverlo de manera al menos justa. Sabemos que gobernar es complicado y hacerlo bien casi imposible, pero habrá que poner el máximo empeño si no queremos vivir en constantes conflictos. “Si miramos a los muchos problemas que la convivencia conlleva, nos daremos cuenta de que entre ellos está la ambición por el poder. Tal vez por eso el gran interés  de cuantos a la política se dedican o quieren dedicarse.  Sin política no nos entenderíamos, pero cuando se mete por medio la ambición, o peor todavía, la avaricia, el resultado puede ser tan dañino que no podamos llegar al entendimiento. De esto hemos hablado en más ocasiones y son muchos los que saben más, pero la ambición, en algunas ocasiones buena, en otras  puede dar al traste con todo. Y como a buen entendedor, pocas palabras bastan, concluimos este comentario con los mejores deseos de que gobernar no sólo sea posible, sino también hacerlo bien.