Actuación de la grúa municipal
La semana pasada me llevó el coche la grúa porque estaba ligeramente mal aparcado sobre un paso de cebra. Pasaban perfectamente los peatones, los minusválidos, las sillas de ruedas y todos los que habitualmente transitan por allí. Estaba mal aparcado y esto no tiene otra excusa, más que las prisas habituales y la absurda confianza de que por diez minutos no pasa nada. No pasa nada salvo por la voracidad recaudatoria de este Ayuntamiento que, como tiene más de veinte personas cobrando de las arcas públicas necesita, y mucho, de la contribución de los ciudadanos. Con mi multa se paga parte del sueldo del alcalde y de alguno de sus acólitos porque yo, prestaciones públicas cada vez tengo menos. Este alcalde que gana más de 90.000 euros, que salen de nuestros bolsillos, amén de lo que gana por su cuenta, y con lo que sería más de mileurista está obsesionado porque le salgan las cuentas. Y por eso ha premiado a su concejala de tráfico haciéndola diputada regional, ya que le ayuda a llenar las arcas públicas en lugar de preocuparse de cómo contener el gasto. No en vano el aparcar encima de un paso de cebra diez minutos cuesta en Guadalajara casi 300 euros.
¿No les parece excesivo? Especialmente cuando el conducir borracho en este Ayuntamiento sólo cuesta 500 euros. Ya se ve lo que les importa la seguridad vial. Cada día tengo el contenedor más lejos de mi casa, cada vez pago más por al agua -y eso que aún no ha llegado la verdadera subida- cada día me es más caro sacar el coche porque tengo que pagar por aparcar en la calle o meter el coche en un parking público, y un largo etcétera que hace cada día más desagradable vivir en Guadalajara. Voté a Román porque prometió poner en orden el aparcamiento de la Avenida de Castilla pero, como otra de sus muchas promesas, ha sido incumplida. Claro que si en lugar de haber tanto funcionario de lo público cada uno viviera de su trabajo, este Ayuntamiento no necesitaría tanto.
Y, no sólo las multas serían más baratas si no que pagaríamos menos por las basuras, por el alcantarillado, por el I.B.I. No serían necesarias tantas plazas públicas de aparcamiento y no habría sido necesario quitar todo el aparcamiento de superficie eliminado durante la era Román para que usemos sus aparcamientos. Estoy seguro de que si Román estuviera en su puesto de médico -si es que lo tiene. Si Valerio ocupara su puesto de funcionaria de Gurpo B y, quienes no tiene de qué vivir - que son muchos en este Ayuntamiento- estuvieran en la cola del SEPECAM como más de doscientos mil compatriotas que no son más inútiles que los políticos que cobran gracias a nuestros impuestos, viviríamos con menos asaltos a nuestros bolsillos. Y eso que aún no nos han contado lo que queda por venir.