Acuérdate de vivir
Iván Lázaro Moreno se ha convertido en icono de la lucha contra el cáncer.
La noticia del fallecimiento de Iván Lázaro Moreno ha consternado a la ciudad de Guadalajara como hemos constatado tanto en las redes sociales como en su multitudinario entierro este miércoles. Con tan sólo 45 años, este vecino, padre de familia, trabajador, amante del mundo de los toros y de la música, había compartido a través de Facebook su historia, la de una persona normal, vital, víctima de un cáncer. Los duros tratamientos, los altibajos, los dolores, las secuelas, no consiguieron quebrar su ánimo, su fuerza, su voluntad, su afán de superación y mucho menos sus ganas de vivir, de exprimir los momentos que podía junto a familiares y amigos. Con su ejemplo se ha convertido en un icono de la lucha contra el cáncer. Puso en marcha la asociación ‘Acuérdate de vivir’ y el pasado mes de abril organizó Lifestival en la plaza de toros de Guadalajara con distintas actuaciones musicales como canto a la vida y con el objetivo de recaudar fondos para la Asociación Española contra el cáncer. Su muerte, precisamente, aparte de dejar un testimonio de amor a todo lo que la vida nos ofrece y muchas veces no sabemos valorar en su justa medida, debe servir para reafirmar, primero, nuestra sensibilidad y solidaridad con todos los que sufren algún padecimiento, que necesitan el cariño de la sociedad y tantas veces sólo reciben incomprensión y rechazo, y después con la lucha contra las enfermedades que se materializa en la apuesta por la investigación como único instrumento para su conocimiento y tratamiento. Sólo en 2017 la AECC ha invertido en España un total de 13,2 millones de euros en 250 proyectos de investigación, causa en la que colabora la sede provincial de Guadalajara, ese mismo año con la aportación de 33.068 euros, contando además con un voluntariado cercano a las 800 personas que prestan ayuda a los pacientes y familiares. La nueva sede en Azuqueca ya se ha quedado pequeña y se piensa en su ampliación o cambio. Seguir plantando cara al cáncer, la esclerosis, los daños cerebrales sobrevenidos y otros tantos males, sobre todo estudiándolos para curarlos, es el mejor homenaje que podemos hacer a Iván y a cuantos, sin tanta repercusión mediática, han fallecido o pelean hoy contra estas dolencias.