Blancos y negros en el Mundial

26/06/2014 - 23:00 Luis Monje Ciruelo

El excelente juego del equipo de Ghana en su enfrentamiento al de Alemania, al que estuvo a punto de ganar, me hizo reflexionar en cómo Adolfo Hitler, si viviera, hubiese reaccionado, convencido como estaba de la superioridad física de la raza aria (la suya) sobre las demás. Que un equipo de jugadores negros luche de tú a tú con otro de blancos y rubios, y, además, alemanes, le hubiese resultado insufrible, como le sucedió en los Juegos Olímpicos de Berlín de los que los españoles apenas nos enteramos por la sencilla razón de que en esas fechas, agosto de 1936, estábamos dedicados al racial deporte de matarnos. Unos Juegos organizados por el Führer para demostrar la supremacía de la raza aria, resultaron un fiasco puesto que el triunfador fue Jesse Owens, un negro de USA, nieto de esclavos africanos, que gano cuatro Medallas de Oro en atletismo. Hitler se negó a darle la mano al felicitarle, y, lo que es peor, tampoco se la dio y ni siquiera lo recibió en la Casa Blanca, su presidente, Franklin D. Roosevelt porque Owens era negro, y esa raza pertenecía al inframundo. Y no se por qué muchos nos sorprendemos de estos éxitos de los negros cuando todos los días tenemos pruebas de su supremacía en todos los deportes, menos en natación, pero sí en boxeo, atletismo, golf, baloncesto y en cuantos toman en serio, como empieza a suceder con el fútbol.
Si viviera Hitler, como le habrá pasado ahora a Merkel, se habría llevado un gran disgusto. Unos años después de 1936 quizá habrían corrido grave peligro los jugadores de Ghana, sin necesidad de ser judíos, gitanos ni homosexuales. Y a la Historia me remito. Los españoles no somos racistas, y a la vista está que no hemos dudado en mezclar nuestra sangre con otras razas, sean negros, indios o amarillos, pero nos fastidia que equipos a los que creemos inferiores en el fútbol, en el terreno de juego demuestren que no lo son. Está visto que como dijo el Rey citando a Cervantes, “Nadie es más que otro si no hace más que el otro”. Y esto ya lo aceptaba el Fuero del Reino de Aragón hace mil años cuando tomaban juramento al Rey en las Cortes (lo siento, Arturo Mas: pero Aragón era Reino, y Cataluña sólo su Condado) con la fórmula “Yo, que soy tanto como Vos, y todos juntos más que Vos, os haremos Rey si juráis nuestros fueros, y si no, no”..