Cargadores y costaleros

14/04/2017 - 15:53 Pedro Villaverde Embid

La consideración que nos merecen y el aplauso que desde estas líneas les tributamos son extensibles también a todos los que hacen posible esas estremecedoras pasiones vivientes por la provincia.

Tradición, devoción, ilusión, esfuerzo físico y muchas horas de ensayo se encuentran  detrás de los desfiles procesionales de gran belleza, solemnidad, sobriedad y espectacularidad que contemplamos por las calles de Guadalajara durante unos días declarados como Fiesta de Interés Turístico Regional. A las impresionantes tallas de los distintos pasos, la variedad cromática de los hábitos, capuchones y cíngulos o el encanto de los distintos elementos accesorios que conforman la procesión, hay que sumar el trabajo de organización que durante meses lleva a cabo la Junta de Cofradías con el Ayuntamiento de Guadalajara para programar horarios e itinerarios, introducir novedades, mantener costumbres y cuidar de que todo esté preparado y listo para deleite de vecinos y visitantes que llegan a Guadalajara en busca del silencio estremecedor de miles de personas que con respeto, recogimiento y admiración ven el recorrido de las distintas procesiones y viven con especial emoción los momentos de mayor intensidad de las mismas, las salidas y entradas  en las iglesias, los bailes de las imágenes en los encuentros, las subidas al cielo o el canto de las saetas.                      Todo ello es posible gracias a los alrededor de 4.500 cofrades que forman parte de las siete cofradías y hermandades que tiene Guadalajara, de las juntas directivas que durante todo el año siguen reuniéndose y fomentando la convivencia del colectivo y de manera muy particular  de esas trescientas personas, hombres y mujeres, que conocemos como costaleros y cargadores, que son quienes, debajo del paso, con fe y amor, portan sobre sus hombros, espaldas y rodillas muchos kilos de peso y realizan maniobras de gran complejidad que requieren de muchas horas de práctica. La consideración que nos merecen y el aplauso que desde estas líneas les tributamos son extensibles también a todos los que hacen posible esas estremecedoras pasiones vivientes por la provincia y a quienes hacen posible todos los desfiles procesionales y actos de la Semana Santa en nuestros pueblos. Aunque sea en el interior de las iglesias donde se conmemore el misterio central del Cristianismo, estas manifestaciones de la fe, de gran interés turístico por su belleza artística, son un buen complemento para vivir con intensidad estas fechas. Feliz descanso a todos.