Carta abierta a doña Paulina Martínez

23/09/2011 - 00:00 Paulino Marco

 
   Me veo en la obligación moral de contestar a su escrito en este medio, del Viernes 16/9/011. Lo que usted escribe es simple y llanamente una falsedad total. El secreto profesional me impide trasladar datos en este escrito, simplemente le recuerdo lo que le dije el 1 de Agosto de 2011 cuando usted ingreso a su esposo en nuestro centro, nadie debe de ser ingresado en una residencia si no es voluntariamente. Entiendo que como seres humanos que somos nuestros problemas nos puedan llevar a culpar a otros de los mismos ,pero no por eso deja de ser profundamente injusto. Habla usted en su carta de una forma vejatoria e injusta de las auxiliares que atienden a nuestros mayores.
 
  Estas personas realizan un trabajo no suficientemente valorado, tan duro como bonito. Llevo muchos años codo con codo con ellas y veo constantemente como los levantan, asean, dan de comer ,les acuestan, ríen y lloran con ellos, les traen tabaco o ropa, les visitan en el hospital y lloran su muerte. Por ser un trabajo con personas enfermas reciben en muchas ocasiones ,insultos ,amenazas y algún bofetón, todo ello lo sacan adelante con gran profesionalidad, saben que lo que ocurre no es culpa del enfermo sino de la enfermedad. Son el blanco mas cercano para las quejas de todo el mundo y aun así hacen su trabajo con una profesionalidad y cariño digno de toda alabanza.
 
   Doña Paulina desde aquí le vuelvo a reiterar que estamos, como siempre, a su total disponibilidad. Quiero aprovechar este escrito para decirles a todos los profesionales de nuestra Residencia Nuevo Horizonte, así como en general a todos los que trabajan en residencias de ancianos que a pesar de la dificultad que entraña este trabajo tienen mi total reconocimiento tanto profesional como personal.