En la noche del 9 al 10 de febrero, de 1924, hace ahora justamente un siglo, se producía uno de los acontecimientos que marcaron de manera profunda la evolución de Guadalajara.
"Me encantaría decir que lo que se está haciendo es una auténtica mierda pinchada en un palo, pero el destilador Disney de lo políticamente correcto invita a decir que esto es una deposición clavada en una estaca. De nada".