Centro de salud de Alcolea

En esta vida pienso que no todo tienen que ser críticas más o menos agresivas o comentarios de disconformidad por los reveses que nos puedan proporcionar las circunstancias laborales, económicas, sociales o de cualquier otro tipo. También es justo reconocer el trabajo y el servicio que en ocasiones nos presta el personal de cualquier colectivo. 

  En mi caso quiero agradecer desde esta sección que nos brinda Nueva Alcarria, la atención recibida por el personal sanitario, médico, don Armando Cabrera, y enfermera del Centro de Salud de Alcolea del Pinar que el pasado día 10 de agosto me atendieron extraordinariamente en dicho centro. 

  Nos habíamos trasladado el día de antes a nuestro querido Cortes de Tajuña y, aunque su presupuesto no da para la contratación de grandes atracciones u orquestas musicales, deseamos que pasaran unas felices fiestas. 

  Esa noche, del nueva al diez, mi patología cardiaca, hizo que la arritmia completa por fibrilación auricular permanente se alterase pasándolo verdaderamente mal. A la mañana siguiente en el Centro de Salud, ya más estable, se me realiza electrocardiograma y todas las pruebas que en estos centros se pueden hacer. 

  Ante el cuadro clínico que el que suscribe presentaba no dudaron en pretender solicitar los servicios de una ambulancia de soporte vital para mi traslado a Guadalajara. Mal por mi parte rechazarlo mediante alta voluntaria. Mi deseo era regresar cuanto antes a Zaragoza. 

  Comportamiento nada recomendable para nadie en esta situación puesto que un problema cardiaco severo nunca se sabe cómo puede terminar en un desplazamiento de doscientos kilómetros en un vehículo normal. 

 Lo que sí queda claro, fuera de toda duda y digno de ser mencionado públicamente fue la gran profesionalidad médica, las atenciones y cuidados recibidos en el Centro de Salud de Alcolea.