Cicatrices de tierra

24/09/2017 - 12:56 Luis Monje Ciruelo

En Guadalajara el Real Decreto sobre restauración de espacios naturales afectados por actividades mineras, del año 82, podría tener aplicación real en Poveda.

La semana pasada, me fui a la Sierra Norte  para ver si el preotoño cómo andaba del colorido con que elpreOtoño embellecía ya con  su colorido nuestros bosques y campos. En la limpia mañana, el Pico Ocejón destacaba netamente sobre los montes que le rodean. Parecía a lo lejos un volcán en erupción con las nubes nimbos que tenía encima. Desde un altozano de las afueras de Razbona, pudimos fotografiar con zoom el Pico con un pueblo a su lado que resultó ser Beleña de Sorbe. Continuamos hacia Tamajón y en el empalme de Retiendas nos adentramos en el monte de carrascas unos 500 metros   en dirección noroeste hasta dar con una profunda hondonada de unos 50 metros de desnivel y 300 de longitud  para la extracción de piedra. Era una cantera en forma de artesa, ya limpia de escombros, en cuyo borde paramos el coche con el riesgo de que un pequeño derrumbamiento nos precipitara al  fondo dando tumbos Era una cantera. Al verla recordé  un Real Decreto de 15 de noviembre de 1982 sobre  restauración de espacios naturales afectados por actividades mineras   al que dediqué un artículo que fue premio de Periodismo de la Diputación Provincial.´Decía que el Gobierno no había necesitado la prosa poética de Juan Ramón Jiménez para dictar un Decreto lleno de Poesía.  Y añadía que ese propósito de restañar las heridas de la tierra, de hacer la cirugía estética a las tremendas cicatrices de las canteras y demás explotaciones mineras era posible que no pasase de la esfera de las buenas intenciones pero siempre sería un arma a utilizar por los ecologistas y amigos de la Naturaleza.Y recordaba que en Guadalajara ese Real Decreto podía tener una aplicación real en las blanquísimas brechas abiertas en el paisaje de Poveda, en el Alto Tajo, en busca  de caolín, o en el paisaje lunar de las minas de Setiles, oficialmente de “Ojos Negros”. O en los grandes destrozos que en áreas circundantes ocasiona la continua extracción de áridos para la fábrica de cemento de Matillas. Y en tantas otras canteras de menor cuantía en la provincia . Este R.D. trata de compaginar los intereses de todos, y para hacerlo eficaz exige la creación de un fondo para restaurar los daños en los terrenos circundantes. Porque las empresas mineras, tan poderosas como anónimas, con frecuencia asientan sus reales en el territorio de la concesión, creyendo también que el paisaje es suyo. Y como no es así, daba la bienvenida al Real Decreto que permitiría reducir al mínimo el deterioro ambiental que ocasionan esas explotaciones. Porque el agua,el aire y la belleza del paisaje son bienes “nullius”, que no pertenecen a nadie, y menos a las empresas mineras.