Ciudad de cuento

17/06/2017 - 12:08 Pedro Villaverde Embid

debemos consultar la página web del maratón y estudiar con detenimiento todo lo que se puede ver y hacer.

A ver si con el viento les llega alguna palabra a los leones y grifos del patio del Palacio del Infantado que cada año se convierte en escenario central, porque los pobres se van a aburrir, nos decía Blanca Calvo, impulsora, artífice y una de las principales mantenedoras, desde el Seminario de Literatura, del maratón de cuentos, el acto cultural más relevante del año en Guadalajara que cambia unos metros su ubicación. Hace 26 años que nació y es posiblemente el evento que con mayor ilusión se espera por los ciudadanos por lo mucho que ofrece. Es, ante todo, la fiesta de la narración oral, de los cuentos, leyendas, más o menos conocidas, transmitidas muchas de generación en generación, parte cada una de nuestra cultura y recuerdos. Los más prestigiosos narradores y no solo españoles tienen como punto de encuentro y referencia esta cita por su alto nivel y profesionalidad. Junto a las mejores voces y entonaciones el encanto lo ponen los vecinos de la ciudad, que de manera individual, en familia o en grupos de amigos, transmiten un mensaje, una idea, una historia. La participación está abierta a todo el mundo, previa inscripción. El entorno del Palacio aporta el toque mágico al evento por su gran belleza y majestuosidad. El éxito radica además en la programación amplia y diversa que de manera paralela ofrece numerosos talleres y actividades para los más pequeños y mayores de cada casa. El ambiente resulta extraordinario y cuando ya se nos hace largo estar escuchando a los distintos oradores tenemos la alternativa de salir a la calle y disfrutar de los puestos de artesanía, los malabaristas, los que hacen teatro, la música… Cada año hay novedades y convocatorias de las que una vez pasadas da rabia haberse perdido. Por ello debemos consultar la página web del maratón y estudiar con detenimiento todo lo que se puede ver y hacer. También hay que resaltar el voluntariado que con muchas horas de trabajo y entusiasmo ponen las manos que hacen falta para convertir en realidad las ideas y las necesidades, supliendo el poco presupuesto y las escasas ayudas- y las que hay, en particular del Ayuntamiento- no son de gran cuantía, con el que cada año sale adelante este emblemático maratón. Gracias a Blanca y a cuantos hacen posible que todos podamos ser felices por un rato en cualquier momento de este fin de semana.