Comida de 'traje'

19/08/2017 - 11:18 Antonio Yagüe

Simplemente cada uno aporta un plato de comida de lo que le parezca o un alimento que tenga a mano.

Las fiestas de Hinojosa, siempre a la última, y de algún otro pueblo más lejano, se han cerrado este año con una comunitaria ‘comida de traje’. Algún despistado comentó que no le parecía mal y que ya era hora de que los jóvenes retomasen las viejas costumbres de ir a comer vestidos con elegancia, en lugar de hacerlo con pantalonzuchos cortos, viseras calzadas al revés y cuatro trapejos. Nada que ver.
    La nueva moda en cuestiones de mesa tiene un origen tan sencillo como la expresión “yo traje esto, tú trajiste esto otro... “ y la conjugación entera del pretérito indefinido del verbo traer. Simplemente cada uno aporta un plato de comida de lo que le parezca o un alimento que tenga a mano (chorizo, jamón, tortilla, tomates...) Juntado todo, se procede al rito de compartir y celebrar una especie de comida de hermandad, como se decía antes, adaptada a los nuevos tiempos.
    Tampoco es nada del otro mundo, aunque esté de moda. Parece que tiene sus antecedentes o parecidos en las famosas “cenas de sobaquillo” que durante las Fallas se prodigaban en Valencia. La expresión, según cuentan, tiene que ver con el lugar bajo el brazo,  presionado contra el costado y disimuladamente, donde se portaban bocadillos y otras viandas, que luego se compartían y comentaban. Uno de Mochales contaba que cuando la guerra fue invitado en Barbastro a una cena “de sobaquillo”. Resultó ser un revoltijo de ‘tajás’ variadas, patatas y arroz, que revolvían con raseras retorciendo el brazo hacia las axilas.
    En mi pueblo la expresión “a sobaquillo” se utilizaba para lanzar piedras y otros objetos lejos. Recuerdo que de chavales ensayábamos y hacíamos una especie de campeonato en los recreos. Tenía su técnica, con un movimiento del brazo siempre más bajo que el hombro, y acabando el arco de atrás hacia adelante con el codo pegado al cuerpo. Los más avezados en el juego de pelota a mano hacían saques y mates con una destreza que recibía este nombre.
    También se hablaba de gente que se aviaba con “traje y corbata de comer fideo gordo” y se montaba para acudir a bodas y otros eventos en los autobuses del Vázquez,  en dirección a Madrid, en ‘La Rubia’ de Villel, hacia Molina o Ariza, y en el de Calatayud.