Cuatro toros en punta de Adelaida Jiménez saldrán al campo en Brihuega este jueves

15/08/2018 - 11:27 Sara Vera

José Viejo será quien conduzca esta suelta por cuarto año consecutivo.

El encierro de Brihuega, declarado Fiesta de Interés Turístico Regional desde 2009, es uno de los actos más emblemáticos y multitudinarios de estas fiestas. 

Este año serán cuatro toros de la prestigiosa ganadería Adelaida Rodríguez de Salamanca los que protagonicen este popular encierro por el campo. Los cuatro tienen características muy comunes: serán toros altos, fornidos, de unos 570 kilos aproximadamente, de encaste duro, nacidos en 2014, astifinos y con pelaje negro. 

Por cuarto año consecutivo, la reconocida ganadería Campo Bravo Alcarreño de José Viejo Paniagua será la encargada de conducir el encierro. “Me siento con muchas ganas y para mi es un orgullo dirigir este encierro cada año”, confiesa José. Además, el ganadero agradece la “confianza” que el Ayuntamiento ha vuelto a depositar en él y espera cumplir las expectativas de todos los brihuegos, desarrollando “un encierro limpio y con la `subida´ de los cuatro toros”. Ya son tres meses el tiempo que llevan estas reses entrenando y siendo encabestradas en el corredor de la ganadería Campo Bravo Alcarreño, en Brihuega.

 

Evento multitudinario

Esta cita que se celebra el próximo jueves, 16 de agosto, congrega a miles de aficionados de toda la geografía nacional y es que cada año la expectación va en aumento. Por ello, el Ayuntamiento de la localidad ya ha instalado numerosas barreras que se dispersan por el recorrido del encierro y además, para el desarrollo del mismo contará con un amplio despliegue de dispositivos civiles y de seguridad con el fin de evitar incidentes de cualquier tipo. 

Desde por la mañana, cientos de taurinos y curiosos se acercarán a la localidad alcarreña para disfrutar de este acto. Pero la verdadera oleada de visitantes tendrá lugar cuando apenas resten dos horas para el preludio de este encierro, que es cuando los aficionados comienzan a llegar y repartirse por el pueblo para coger sitio y garantizarse así las mejores vistas de esta suelta, distribuyéndose a lo largo de las calles de la villa y las laderas de los montes.

Sin embargo, la auténtica emoción se palpa en el ambiente con el sonido de los tres cohetes que marcan el arranque de un encierro con cuatro toros en punta, según indica la normativa. A las 18.30 horas y desde la plaza de toros La Muralla se inicia una carrera desenfrenada y trepidante. La manada de toros discurre por las calles del municipio siguiendo a los corredores hasta dispersarse por el campo, donde son conducidos por los caballistas. A partir de aquí se podría hablar de un desencierro, pues el guión es diferente cada año. El objetivo de esta suelta es conseguir que todos los astados desarrollen la popular ‘subida’ sobre las 03.00 horas aproximadamente, para que puedan descansar en la Plaza de San Felipe el resto de la noche y a las 12.00 horas del día siguiente realicen lo que se conoce como la ‘bajada’ hasta la plaza de toros, nuevamente.

 

Fieles a la tradición

Tan tradicional como este encierro son sus preparativos, con la reunión de peñas y vecinos que, vestidos de blanco y rojo y agarrados de la cintura o con la vara en alto inician el multitudinario pasacalles a las 18.00 horas desde el Parque de María Cristina hasta la Plaza del Coso al son del conocido ‘Parapachumba’, interpretado por la Banda de Música de Brihuega. Se trata de una costumbre muy arraigada que tienen los vecinos de la localidad para anunciar que solo falta media hora.

Si hay algo que marca en las fiestas del municipio briocense es la tradición por una historia y unas raíces ligadas al mundo del toro que, en cierto modo, es una de sus señas de identidad. Según los escritos, sus orígenes se remontan al año 1584, siendo así el segundo encierro más antiguo del país después del de Cuéllar, en Segovia. Aunque el modo de celebración es diferente al de antaño guarda su esencia fundamental y siembra un sentimiento profundo en el corazón de todos los brihuegos.