Datos de población

02/07/2018 - 13:33 Redacción

Los datos estadísticos en cuanto a la provincia resultan confusos y engañosos. 

Los datos hechos públicos a fecha 1 de enero de 2018 por el Instituto Nacional de Estadística son buenos en cuanto indican un aumento en el número de habitantes de la provincia de Guadalajara y un saldo migratorio positivo, es decir que son más las personas que han venido que las que se han ido. El incremento del número de inmigrantes  debe entenderse como una mejora en la situación interna que vuelve a hacer atractiva nuestra tierra para la búsqueda de oportunidades. Es de lamentar, sin embargo, que el número de guadalajareños que se marchan fuera del país, especialmente para estudiar o buscar un trabajo más cualificado, suba cuando debemos procurar su disminución, o dicho de otra manera frenar la fuga de cerebros. La tendencia a nivel nacional es la misma. Las cifras, relativas al comportamiento en 2017, constatan la tendencia iniciada en 2016. Evidencian una cierta recuperación pero señalan que, como hace el Gobierno regional con el llamado Plan de Retorno del talento, hay que evitar que los jóvenes, formados en España, se vayan a producir a otros lugares porque aquí no se den las mejores condiciones. Estos datos, además, en cuanto a nuestra provincia resultan engañosos y  confusos, porque dejan la sensación de un lugar que crece cuando la realidad es que los buenos números solo se producen en la capital, el Corredor del Henares o la campiña mientras sigue la despoblación, por lenta que sea, del Señorío o de la Sierra Norte, que encabezan a nivel europeo este triste ranking, sinónimo de empobrecimiento. Debemos mantener la alarma, no cesar en pedir ayudas y actuaciones, porque en algunas zonas  estamos en alerta roja. Recordamos que no hace mucho una comisión especializada del Senado visitó la Sierra Norte y existe el compromiso de llevar a cabo algún tipo de estrategia para revertir la situación. Instamos a nuestros políticos a trabajar en este sentido coordinadamente entre las distintas administraciones y agentes económicos y sociales y también con medidas propias que animen a las empresas a fijar su actividad en estos pueblos y a los vecinos a quedarse en ellos.