El fin de ETA
El pasado 20 de octubre la banda anunciaba el cese definitivo de su actividad armada. Motivo de gran alegría, satisfacción y sobre todo tranquilidad pues supone vivir sin el temor de que cualquiera pudiéramos ser víctimas de sus sangrientos atentaos. No olvidemos los 21 fallecidos y 45 heridos del atentado perpetrado en 1987 en el Hipercor de Barcelona; o los tres heridos en el 2002 en el Corte Inglés de Zaragoza, por mencionar solo alguno de los lugares donde el objetivo no eran miembros de la policía, Guardia Civil, militares o políticos.
¿Pero verdaderamente este es el fin del terrorismo ETARRA? En Biarritz, cuando la VII Asamblea de ETA político.- militar, el 30 de septiembre de 1982, los Mendi, José, Txepe y compañía anuncia su disolución como organización armada lo hacen a cara descubierta. Estos aún no se han desprendido de las capuchas, no han entregado las armas ni arrepentido de todas las atrocidades que han cometido en 43 años de violencia y asesinatos. En su comunicado, los etarras hacen un llamamiento a los Gobierno de España y Francia para abrir un proceso de diálogo que tenga por objetivo la resolución del conflicto político.
La izquierda abertzale advierte de que el cese de la violencia no supone el cierre del referido conflicto ¿qué problema es ese tan grave que no puedan tener las demás autonomías? No nos engañemos, por muy inconstitucional que pueda ser, quieren ser separatistas, una nueva nación. Han estado masacrando durante medio siglo para conseguid la autodeterminación para votar la independencia del País Vasco y la anexión de Navarra y de las tres provincias vasco-francesas para forma parte de Euskal Herria. Ese es el conflicto del que habla ETA y la izquierda abertzale. De lo contrario qué males pueden existir en una comunidad que por tener, tiene entre otras muchas cosas, más que las demás, hasta su propia policía o lotería regional caso de Cataluña.