El gran ejemplo

21/01/2018 - 14:44 Jesús Fernández

La mayor diferencia entre la colaboración de conservadores y socialdemócratas en Alemania, respecto a España, es que allí construyen juntos el futuro.

El acuerdo de gobierno entre la CDU/CSU y el SPD en Alemania no es sólo una gran coalición, una gran colaboración sino un gran ejemplo, una gran lección  para toda Europa y para España. La democracia cristiana en Europa y la colaboración con ella no contamina sino que fortalece y salva. Aquí andamos creando cordones sanitarios en torno a ella. Está infectada. No he visto tanta venganza en Europa contra ideas y  partidos conservadores como en España. Si algo une a la izquierda es su profundo odio compartido a la democracia cristiana. A esta izquierda nuestra le sobra grasa radical o exceso de ideología que no le permite ver o  analizar la realidad.
    Todos los partidos políticos andan metidos en la dialéctica diabólica de resaltar  su identidad de estructura, vocación y mensaje pero también de marcar sus diferencias con los demás. Creen que las coaliciones influyen en dichas fronteras o elementos diferenciales. En este caso, la socialdemocracia alemana sospecha  que gobernar en el pasado con los conservadores de la CDU/ CSU les ha perjudicado o es la causa de su bajada electoral. Sin embargo, esos mismos partidos buscan la unión y la colaboración de  la izquierda para asaltar el poder creyendo que eso no les perjudica, tratándose de alianza de  izquierdas.
    Se constata por todas partes que la socialdemocracia en Europa está en crisis, en retirada, en extinción. Alemania, Francia, Italia son el ejemplo más cercano  de ello. Y todo debido a su indefinición. Quieren ser capitalistas y comunistas a la vez. Por eso, a la hora de salvarse, se “arriman” a la democracia cristiana como tabla de salvación buscando su sombra, su cobijo y su prestigio histórico. Hay que aprovechar las oportunidades de la globalización.   
    La mayor diferencia entre la colaboración de conservadores y socialdemócratas en Alemania y en España es que allí siempre hablan de construir juntos el futuro de Europa mientras que aquí se mira más al pasado, a la venganza, al rencor, a las cuestiones pendientes. Los acuerdos versan sobre cuatro o cinco puntos comunes: Europa, seguridad, educación, sanidad y desarrollo. Lo demás son cuestiones derivadas. Se trata de coincidir en los sistemas y ese el objeto de la colaboración. Aquí hay muchos antisistema y colaboradores radicales libres a la espera de que una “pelea” entre los grandes partidos les facilite su labor de asalto, destrucción o expulsión del poder, como acostumbran a decir.