El Parador: ¿Ser o no ser de Molina?
14/05/2015 - 23:00
Todos estamos en el secreto de que la comarca de Molina se hunde: el duro clima, el aislamiento, la sangría de tanto profesional cualificado, la han colocado al borde de la desaparición.
Con una actividad productiva casi nula, a excepción de la agricultura (y nadie sabe lo que ocurrirá con ella cuando se acaben las ayudas), subsiste en gran parte por el funcionariado existente y un turismo incipiente.
A los políticos provinciales o regionales se les percibe como muy alejados; los políticos locales suelen ir a remolque de los anteriores; todos ellos hacen muchos movimientos, van de un lado a otro con aspecto de preocupados y nos piden que confiemos. Mientras tanto, la ciudadanía se divide entre los apáticos, que a lo sumo se convierten en narradores de la catástrofe y los que piden y piden sin medida.
Pero ante un caso de enfermedad grave es imprescindible la sangre fría; decir frases solemnes o tirarse de los pelos no ayudan demasiado. Dicho de otra forma: tenemos que introducir la racionalidad de cara a las soluciones posibles para esta enfermedad de nuestra comarca.
No es fácil en un país que se rige más bien por lo contrario, con unas discusiones parlamentarias basadas en y tú el doble.
Parece que todo lo anterior no se corresponde con el título de este escrito. Voy a ello. Para salvar nuestra comarca, son necesarias actuaciones radicales, pues se trata de un enfermo grave; radicales, pero racionales.
Lo que tenemos que pedir y lo que nos tienen que dar, porque nos corresponde, han de ser proyectos viables, bien explicados y a los que todo el mundo se adhiera, no porque son de esta formación política o de la otra, sino porque los números u otras razones de igual peso lo demuestran. Los administradores tienen que bajarse a la plaza del pueblo a explicar las cosas y los administrados deben entrar en esos debates; las charlas de café no dejan de ser charlas de café.
En estos momentos, tenemos una gran oportunidad de poner en práctica este método. Se ha empezado a construir el Parador. La cantidad presupuestada, cercana a los 20 millones de euros, habla de la importancia de este proyecto. Sin embargo, hay voces discordantes que ponen en duda la forma en que se va a desarrollar dicho proyecto. Es posible que algunas de esas voces aporten razones dignas de tener en cuenta. Sea como sea, este proyecto es vital para Molina; no se va a disponer de 20 millones todos los años, es una oportunidad única que se debe desarrollar con la mayor unanimidad posible y de la mejor manera posible y eso sólo se puede conseguir con ese factor de racionalidad que antes expresaba.
Sin arrogancia alguna me permito invitar, a todos los afectados y que tengan interés en ello, a un debate amplio, usando todos los medios al alcance: este periódico, si le parece bien; prensa online; redes sociales; reuniones diversas, etc. En particular, sería esencial que se manifestaran públicamente todas las fuerzas políticas y sociales; de forma seria, con números de viabilidad y demás datos.
n suma, debate con racionalidad, claro y respetuoso; se pueden decir muchas cosas sin levantar la voz.
Por mi parte, he empezado a difundir por las redes sociales un escrito con algunas reflexiones y números sobre el mencionado proyecto, que bien podrían servir de inicio para el debate.