El Parador: ¿Ser o no ser de Molina?

14/05/2015 - 23:00 Fernando Egido

Todos estamos en el secreto de que la comarca de Molina se hunde: el duro clima, el aislamiento, la sangría de tanto profesional cualificado, la han colocado al borde de la desaparición. Con una actividad productiva casi nula, a excepción de la agricultura (y nadie sabe lo que ocurrirá con ella cuando se acaben las ayudas), subsiste en gran parte por el funcionariado existente y un turismo incipiente. A los políticos provinciales o regionales se les percibe como muy alejados; los políticos locales suelen ir a remolque de los anteriores; todos ellos hacen muchos movimientos, van de un lado a otro con aspecto de preocupados y nos piden que confiemos. Mientras tanto, la ciudadanía se divide entre los apáticos, que a lo sumo se convierten en narradores de la catástrofe y los que piden y piden sin medida. Pero ante un caso de enfermedad grave es imprescindible la sangre fría; decir frases solemnes o tirarse de los pelos no ayudan demasiado. Dicho de otra forma: tenemos que introducir la racionalidad de cara a las soluciones posibles para esta enfermedad de nuestra comarca.
No es fácil en un país que se rige más bien por lo contrario, con unas discusiones parlamentarias basadas en “y tú el doble”. Parece que todo lo anterior no se corresponde con el título de este escrito. Voy a ello. Para salvar nuestra comarca, son necesarias actuaciones radicales, pues se trata de un enfermo grave; radicales, pero racionales. Lo que tenemos que pedir y lo que nos tienen que dar, porque nos corresponde, han de ser proyectos viables, bien explicados y a los que todo el mundo se adhiera, no porque son de esta formación política o de la otra, sino porque los números u otras razones de igual peso lo demuestran. Los administradores tienen que bajarse a la plaza del pueblo a explicar las cosas y los administrados deben entrar en esos debates; las charlas de café no dejan de ser charlas de café.
En estos momentos, tenemos una gran oportunidad de poner en práctica este método. Se ha empezado a construir el Parador. La cantidad presupuestada, cercana a los 20 millones de euros, habla de la importancia de este proyecto. Sin embargo, hay voces discordantes que ponen en duda la forma en que se va a desarrollar dicho proyecto. Es posible que algunas de esas voces aporten razones dignas de tener en cuenta. Sea como sea, este proyecto es vital para Molina; no se va a disponer de 20 millones todos los años, es una oportunidad única que se debe desarrollar con la mayor unanimidad posible y de la mejor manera posible y eso sólo se puede conseguir con ese factor de racionalidad que antes expresaba.
Sin arrogancia alguna me permito invitar, a todos los afectados y que tengan interés en ello, a un debate amplio, usando todos los medios al alcance: este periódico, si le parece bien; prensa online; redes sociales; reuniones diversas, etc. En particular, sería esencial que se manifestaran públicamente todas las fuerzas políticas y sociales; de forma seria, con números de viabilidad y demás datos. n suma, debate con racionalidad, claro y respetuoso; se pueden decir muchas cosas sin levantar la voz. Por mi parte, he empezado a difundir por las redes sociales un escrito con algunas reflexiones y números sobre el mencionado proyecto, que bien podrían servir de inicio para el debate.