El parking del Hospital

05/02/2017 - 12:31 Pedro Villaverde Embid

En Guadalajara nuestra mentalidad nos impide andar más allá de 500 metros o esperar diez minutos el autobús.

La polémica está servida y opiniones, como en botica, hay para todos los gustos. Hace algunos meses ya en la plataforma Change.org se recogieron firmas para reivindicar aparcamiento público y gratuito para todos. Al Hospital no se sube por capricho, sino por necesidad, y los reclamantes y firmantes entienden que no se debe pagar por ese servicio para lucro de alguna empresa privada. Como usuarios, siempre por obligación, de este gran recinto que crecerá próximamente, lo que nos apetece es llegar y como se dice, besar el santo, es decir encontrar sitio rápidamente y no abonar un céntimo. Es lógico. Sin embargo entendemos que no puede ni debe ser así. En primer lugar porque las infraestructuras tienen un coste de mantenimiento, limpieza y vigilancia (se estima que más de medio millón de euros al año) y si no es pagando por aparcar será de otra manera como los contribuyentes terminaríamos cubriendo esta partida y es justo que la paguemos quienes la usemos, eso sí con precios racionales, como parece lo son. En segundo término porque lo que es un servicio sanitario es lo que se presta dentro y no en el parking y ese es el que debe ser universal.
        Además, debemos darnos cuenta de qué es lo que pasa en cualquier otra ciudad cuando vamos a un centro hospitalario, por ejemplo en Madrid. Ni se nos ocurre acceder hasta sus puertas montados en nuestro coche, ni tienen espacio para que lo dejemos. (En Alcalá de Henares, sí, diremos para ser justos). O bien utilizamos transporte público o caminamos quince o veinte minutos como mínimo. En Guadalajara nuestra mentalidad nos impide andar más allá de 500 metros o esperar diez minutos el autobús. Podemos pedir, sí, más frecuencia de autobuses hasta el Hospital, pero es que si estudiamos las líneas y horarios, salvo que sea un domingo o festivo, muy mala suerte hay que tener para permanecer más de un cuarto de hora en una parada. Y aun así, si no queremos o podemos andar, ni coger el autobús, con nuestro turismo particular tenemos sitio asegurado casi siempre en la zona gratuita que estará más libre cuando haya parking subterráneo que, por otra parte, supone aparcar bajo techo y con seguridad privada.