El teatro Buero Vallejo cumple quince años


La construcción del teatro auditorio Buero Vallejo fue la respuesta a una reivindicación de la ciudad de Guadalajara que, a partir del cierre del Teatro Coliseo Luengo en 1996 y la reforma del Teatro Moderno en 1995, se quedó sin lugar para representaciones teatrales.

El 20 de diciembre de 2017 se cumplieron  15 años de la inauguración del Teatro-Auditorio Buero Vallejo, denominación que fue adoptada por unanimidad en el Pleno del Ayuntamiento de 2 de mayo del año 2000, con un espectáculo musical bajo el titulo de  ‘Los Tres Tenores’, rememorando las actuaciones de Placido Domingo, Luciano Pavaroti y José Carreras que iniciaron en 1990 en las Termas Caracalla de Roma. En este caso los tenores eran los españoles Eduardo Sandoval , Miguel Borrallo , que nos dijo conocer bien Guadalajara ya que durante varios años había dado clases particulares de canto con la soprano Ángeles Chamorro, por entonces profesora de nuestro Conservatorio de Música y residente en nuestra ciudad, y el italiano Simone Fredianni, acompañados por la Orquesta de Kishinau (Moldavia).
     Quince años antes en esa misma fecha se abrió al publico el teatro con la representación de una versión de la obra de Federico García Lorca (1898-1936), “Poeta en Nueva York”, realizada por el “bailaor”  granadino Rafael Amargo. Antesse había procedido al acto de la inauguración con la presencia de José Bono , la viuda de Buero Vallejo la actriz Victoria Rodríguez, su hijo Carlos, mi intervención como alcalde de la ciudad y el descubrimiento del busto del dramaturgo realizado por el escultor barcelonés Luis Sanguino.
     La construcción del Teatro-Auditorio Buero Vallejo fue la respuesta a una reivindicación en una ciudad como Guadalajara que, a partir del cierre del Teatro Coliseo Luengo en 1996 y la reforma del Teatro Moderno en 1995, se había quedado sin ningún local para representaciones teatrales y en la que desde hacia casi cuatrocientos años siempre había existido un lugar para la representación de comedias. Una ciudad culta como es la nuestra no debería dejar de tener un teatro, ya que como decía el gran actor británico Laurence Olivier (1907-1989) “en una pequeña o gran ciudad, el teatro es el signo visible de la Cultura”.
     El historiador Pedro J. Pradillo nos informó sobre los locales que ha habido en Guadalajara  a través de los siglos dedicados a la representación teatral. Estuvo el Corral de Comedias de la Misericordia (1614-1809) situado detrás del Palacio del Infantado en la actual Plaza de San Juan de Dios, también hubo otro corral de comedias en la Calle Bardales, llamado Contreras del que no se tienen más noticias.
 El Teatro Principal (1827-1932) en la Plaza del Jardinillo, donde estuvo el Banco de España y en la actualidad la Delegación de Economía y Hacienda; El Teatro Cómico (1912-1933), que después se convirtió en el Cine Novelti, durante la guerra  con el nombre del anarquista  Isabelo Romero  y desde 1940 el Cine Imperio hasta 1996 en que cerró sus puertas.
     El Teatro Casino Liceo (1916-1965), en la Calle del Carmen, justo enfrente del Banco de España, y el Teatro Ateneo (1920), que en 1944 se convirtió en el Cine Moderno, volviendo a las representaciones teatrales en 1979, hasta su cierre en 1995 y su reapertura  en el año 2015 después de las obras realizadas. Y por ultimo el ya mencionado Teatro-Coliseo Luengo, construido en 1966 por don Protasio Luengo y que cerró en 1996.
  La idea de construir un nuevo teatro comenzó al poco tiempo del cierre de aquel, iniciándose con la búsqueda del lugar donde ubicarlo, el más idóneo nos parecía el solar donde había estado la Academia Militar hasta su incendio en 1924 , pero el Ministerio de Defensa , su propietario, denegó la petición, se pensó en alguna de las parcelas municipales de Aguas Vivas y al final se decidió en un terreno propiedad de la Junta de Comunidades y del Ayuntamiento, lindante con el Centro Universitario y cerca del casco histórico de la ciudad.
      Decidido el lugar de su ubicación, en colaboración con el Colegio Oficial de Arquitectos que presidía Miguel Ángel Embid, se convocó un Concurso de Ideas al que se presentaron 66 proyectos, que a partir del 3 de marzo fueron expuestos en la sala situada encima del Teatro Moderno para que los vecinos de Guadalajara pudieran conocerlos y dar su opinión. El Pleno del Ayuntamiento de 11 de abril de 1997 aprobó la propuesta del Jurado que había fallado el concurso, adjudicándoselo al proyecto presentado bajo el lema “El Retablo de las Maravillas”, del que eran autores los arquitectos Luis Rojo de Castro, Begoña Fernández Shaw y Ángel Novales Verdasco.
 Un nuevo concurso adjudicó en el Pleno de 2 de julio de 1998 la ejecución del proyecto a la UTE Ferrovial-Agroman, que inició las obras el 26 de agosto , haciéndose el replanteo de las mismas el día 9 de septiembre.
      Dado que el coste económico rebasaba las posibilidades del Ayuntamiento, a partir de ese momento fueron cuatro años de intenso trabajo y numerosas gestiones en la que conté con la colaboración de los concejales de Cultura, Jose Luis Condado en la primera etapa y Francisco González Gálvez a partir de junio de 1999 y del concejal de Obras Luis Benito. La Junta de Comunidades estuvo al principio un poco remisa en la colaboración, hasta una visita del consejero de Educación y Cultura al teatro en la que pudo comprobar la magnitud del proyecto e intensificó su imprescindible colaboración.
      A principios de diciembre del año 2002 las obras estaban terminadas, Guadalajara contaba con uno de los mejores teatros de la región, un edificio vanguardista recogido en las principales revistas de arquitectura. El coste final había sido de 9.738.316 euros, el Ayuntamiento había puesto 5.307.810 euros, la Junta de Comunidades 4.130.000 euros y el Instituto Nacional de Artes Escénicas 300.506 euros.
     El Teatro-Auditorio Buero Vallejo tiene cuatro espacios, la sala principal con una capacidad de 1.081 butacas, 712 en platea y 369 en anfiteatro, la sala polivalente “El Tragaluz” con 133 localidades, la sala de exposiciones de 170 metros cuadrados y la Cafetería con una superficie de 240 m2. Cuenta también con 9 camerinos individuales y 4 colectivos, un escenario de 465 m2 , con una anchura de boca de 20,65 ms por 9 ms de alto, una altura interior de 19,20 ms , un foso de orquesta  de 19 ms. de ancho por 4,60 de fondo y acceso directo para camiones hasta el muelle de descarga.
  Durante estos quince años se han celebrado centenares de espectáculos, teatro, conciertos, ballet, ópera, zarzuela, magia, galas,…..y cerca de un millón de espectadores han acudido a ellos.  Tenemos la esperanza de que el Teatro-Auditorio Bueno Vallejo perdure en el tiempo y siga siendo durante muchos años el santo y seña de la cultura de nuestra ciudad.