Eurorrisión

19/05/2018 - 16:39 Javier Sanz

¿Pero qué está pasando en la juventud española, don Méndez de Vigo? ¿No se siente usted responsable? Ya no sigue a Calderón,  ni a Lope...

A primera hora del domingo pasado, sin esperar a que lo hiciera el gallo a la madrugá, cantó la gallina en Portugal. Votaba Europa y hasta Australia, y no paraba. Yo recordaba la página de Luis Carandell en Triunfo cuando se presentaron Sergio y Estíbaliz con “Tú volverás”, de título raro pues sobraba el pronombre. Vivía, malvivía, el general Franco sus últimos meses y España pedía otra cosa, otras letras reivindicativas. Carandell disecaba estrofa a estrofa la canción y aquello no tenía desperdicio. Con todo, España quedó en décimo lugar, de diecinueve concursantes, un pelotazo para lo del otro día.
    Estos pollos llegaban con un disco de platino debajo del brazo, exacto barómetro de la cultura musical de este país; los vistió el demonio –si yo no soy parricida es porque mi madre jamás me regaló un traje semejante al del varón- y se encontraron en mitad de la pista para maullarse cosas inauditas. Y hasta desconfiadas: “Nunca llegué a imaginar que viajar a la Luna sería real”, tal como aquellas abuelas de la España profunda que el 20 de julio de 1969, cuando Neil Armstrong puso pie en el satélite, dijeron que se trataba de una película. La joven cantante navarra, matrícula de honor en escatología, susurraba después a su amigo: “Lo pones todo al revés cuando besas mi frente y descubro por qué”, sospechosa duda.
    Vendrá después el estribillo: “Siento que bailo por primera vez, eres el arte que endulza la piel de mi mente viajera que sigue tus pies.” ¿La piel de tu mente, o sea, el córtex, lo más evolucionado de la creación, se dedica a seguir los pies de un cantante como si fuera “rastreator”, el perro Basset Hound de los seguros? Pero, ¿qué está pasando en la juventud española, don Méndez de Vigo? ¿No se siente usted responsable? Ya no se sigue a Calderón, ni a Lope, ni a Machado –al menos con Serrat-, ni a Lorca, ni a Vallejo. Ahora el arte que endulza el celofán cerebral es un pollo de veintiún años en sí mismo.     
    Al fin, atentos como estábamos, supimos que el tal Alfred no era sino un señuelo de Francisco Hernando Contreras, más conocido por Paco, “El pocero”, el empresario que se sacó de la manga un pueblo nuevo al lado de Seseña. No puede ser de otra manera cuando bala tal que así la intérprete: “Todo es perfecto si estás a mi lado creando una nueva ciudad”. Acabáramos. O es así o es una metáfora, en tal caso eche a correr el letrista. Y no pare.