Fuerzas de Seguridad
Tenemos que hacer reivindicación de la necesidad de aumentar el número de efectivos en todos los cuerpos y fuerzas de seguridad.
El 2 y el 12 de octubre se celebran, respectivamente, las festividades de los Santos Ángeles Custodios y la Virgen del Pilar, patrones de la Policía Nacional y Local y de la Guardia Civil, lo que supone ocasión para celebrar sendos actos institucionales de reconocimiento a su labor con discursos, homenaje emotivo a los caídos en acto de servicio y tributo también a personal en activo o retirado, por su trabajo a favor de estos cuerpos y por tanto de la sociedad en su conjunto. Son días de agradecimiento, de mayor conocimiento de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a los que solemos acudir cada año. En esta ocasión, en primer lugar lo hacemos diciendo gracias por la distinción a Nueva Alcarria por su labor informativa, entregada este pasado martes, y que supone un acicate a continuar cumpliendo con nuestro deber. En segundo término felicidades a los destacados y en general a todos los que forman estas fuerzas que garantizan nuestra seguridad y libertad. Es más necesario, si cabe, que en otras ocasiones, adherirse y apoyar lo que representan y hacen. Si el año pasado eran vilipendiadas, por algunos, por su actuación en defensa de la ley y de la Constitución en Cataluña, en este primer aniversario de un acto ilegal siguen los insultos y esas palabras fuera de la realidad como represión o brutalidad. Estos profesionales cumplen órdenes en favor del bien general y lógicamente molestan a los que atacan este bien, la integridad del país o simplemente quieren hacer daño.
Por otro lado cabe resaltar los buenos datos de la criminalidad en la provincia, aunque no haya cifras concretas, donde los delitos más graves no tienen gran presencia y podemos sentirnos relativamente seguros pues nunca existirá la utópica situación de un mundo sin delincuencia. Si tenemos, por el contrario, que hacer reivindicación de la necesidad de aumentar el número de efectivos en todos los cuerpos y fuerzas de seguridad. En nuestros pueblos hay pocas patrullas y por los polígonos o incluso las calles debería haber más presencia. En el mundo rural existe sensación de inseguridad aunque en realidad haya pocos delitos y es un deber del Estado y un derecho del ciudadano estar y sentirse protegido. Para ello, simplemente, falta personal, medios materiales y más cuarteles. Es cuestión de presupuesto y de voluntad política que debemos reclamar porque el bienestar pasa por la tranquilidad de encontrarse seguros.