García Page
Decía un slogan publicitario aquello de jóvenes pero sobradamente preparados. Pues bien este es el caso de quien desde este jueves ha quedado investido como presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Con tan solo 47 años de edad su experiencia en la política es ya de casi 30 años, pues a los 18 militaba en las Juventudes Socialistas y a los 19 era concejal del Ayuntamiento de Toledo, ese mismo del que ha sido alcalde los últimos ocho años. A los 25 años fue nombrado consejero portavoz del Gobierno regional. Entonces, con cara casi de niño, fue portada de Nueva Alcarria, de una de esas que resultó histórica y tenemos enmarcada en nuestra galería. Pero, además, el secretario regional del PSOE tiene un amplio conocimiento del Gobierno regional donde ha estado prácticamente siempre, tanto en los ejecutivos presididos por José Bono como en el último con José María Barreda. Ha sido consejero portavoz, en varias ocasiones, además de la antes citada, de Obras Públicas, Bienestar Social y Relaciones Institucionales y llegó a ser vicepresidente segundo. También fue senador por elección de las cortes de Castilla-La Mancha. Es decir que únicamente, en cuanto a política autonómica, le quedaba ser presidente y en su primer intento lo ha logrado, al igual, eso sí, que las dos veces que fue alcalde de Toledo, gracias a los pactos, con Izquierda Unida antes, y ahora, con el emergente Podemos. Su perfil es el de un hombre cercano, de buen talante, ideas progresistas, pero de carácter moderado y respetuoso. Un hombre con sentido de Estado. Ante sí tiene ahora el reto de una región que necesita despertar del mal sueño de una larga crisis y que en los últimos tiempos ha apuntado síntomas de mejoría, pero únicamente en las grandes cifras, esas que esperamos terminen calando en la gente. Será la suya una etapa, además, de necesario diálogo y entendimiento al no gozar de mayoría absoluta y tener condicionado su apoyo al cumplimiento de una serie de medidas. Evidentemente le deseamos la mejor de las fortunas en su toma de decisiones pues éstas determinarán el futuro de todos nosotros y le felicitamos en la seguridad de que lo hará bien por su amplio bagaje y por ser, como se decía antes, una persona que se viste por los pies. Enhorabuena señor presidente.