Gestión Diputación
Ninguna gestión es perfecta, pero hay que señalar que en el ecuador de este mandato tan especial se han movilizado muchos recursos para atender las incidencias sanitarias y meteorológicas, se ha continuado con las ayudas que existían, se ha invertido y se han puesto en marcha nuevas ideas.
En muchas ocasiones, en especial con motivo de su bicentenario y ante críticas políticas, afortunadamente olvidadas, hemos puesto en valor el carácter imprescindible de las diputaciones y de manera particular en lugares con muchos pequeños núcleos de población, sin estructura administrativa ni el personal necesario para resolver problemas o gestiones rutinarias como cobro de tributos o reparaciones de averías. La Diputación es la administración más cercana, útil y resolutiva para los vecinos de estos lugares, su primer o segundo ayuntamiento y en los dos últimos años, con una pandemia y un temporal sin precedentes en nuestros recuerdos, se ha hecho más evidente la importancia de su función. Ninguna gestión es perfecta y cualquiera mejorable por buena que sea, pero hay que señalar que en el ecuador de este mandato tan especial se han movilizado muchos recursos para atender las incidencias sanitarias y meteorológicas, se ha continuado con las ayudas que existían, se ha invertido y se han puesto en marcha nuevas ideas para dar solución a las situaciones existentes y sin resolver, o sobrevenidas y requeridas de una actuación. Más de veinte millones de euros habilitados de manera extraordinaria por el estado de alarma que se declaró recién aprobados los presupuestos para dotar de recursos a los consistorios, brigadas de infraestructuras o consorcio de bomberos que llevó a cabo las labores de desinfección o facilitar la vacunación en el polideportivo San José ha sido una de las patas principales que han puesto de manifiesto la capacidad de reacción ante lo imprevisto. Otros trece millones para ayudar a negocios rurales, llevar comida a domicilio a los mayores, reparar averías urgentes en fines de semana o festivos o instalar cajeros automáticos en los pueblos, entre otras actuaciones, son la impronta de lo novedoso que continuará en próximos ejercicios. Dieciocho máquinas pesadas y personal limpiando una media de 1.500 kilómetros diarios de la nieves y hielos de Filomena son algunas de las cifras para volver a hacer comunicables y transitables los pueblos tras la borrasca y el plan extraordinario de inversiones, con 24,5 millones, el más dotado de la historia, hace posible la reactivación de la economía. Son solo algunos apuntes de la mucha actividad en este tiempo.