Gira Sigüenza, gira...

11/08/2018 - 11:12 Emilio Fernández Galiano

Y no figurarán en sus brillantes biografías oficiales uno de esos méritos por los que, por fin, se verán íntimamente recompensados: convertirse en pregoneros de su ciudad.

Mis amigos Pepe Merino y Emilio de las Heras, estelares pregoneros de las Fiestas 2018, supongo que intentarán relatar su experiencia “bailando” al rey y la reina en una de las tradiciones más entrañables de nuestra ciudad, la de los Gigantes y Cabezudos. Catedrático el primero, Ingeniero el segundo, atesoran en sus respectivas trayectorias profesionales méritos suficientes para sentirse orgullosos o al menos satisfechos; quién sabe, o no, porque la gente inquieta nunca para. Y no figurarán en sus brillantes biografías oficiales uno de esos méritos por los que, por fin, se verán íntimamente recompensados: convertirse en pregoneros de su ciudad por ser el alma y el corazón que dan vida a dos enormes estructuras que, majestuosamente, nunca mejor dicho, embelesan al personal en la tradicional marcha de las comparsas.

Desde el interior de esbeltos armazones, con apenas visibilidad, soportando un peso que ni el de Sísifo y padeciendo las altas temperaturas del mismo Averno, obran el milagro de cada año, mover a esos gigantes con la alegría de un plumero. Llevan ya muchos lustros desde la oscuridad dando luz y diversión, conectando plenamente con las esencias de la Fiesta, como la de cientos de pueblos y ciudades de esta España nuestra que tiene más en común de lo que algunos se empeñan en negar, la que cautivó a Hemingway, a Orson Wells, a la bella Ava Gadner, a la que dio de comer uno de los restaurantes seguntinos más veteranos, el Sánchez, como a la Hepburn. Aquí rodó también el esbelto Charlton Heston o el orondo Marlon Brando. 

En la doncelina igualmente encontraron su estrella emblemáticos artistas, músicos y cantantes españoles que luego se consagraron para la eternidad: Julio Iglesias, con Miky y los Tonis (en memorable actuación en el Boris y con teclado improvisado gracias a la pericia de Antonio López Negredo) , Joaquin Sabina, nuestro paisano Alberto Pérez, Los Chimberos, Mocedades (El Consorcio), Carlos Cano, Sergio Dalma y Fórmula V, entre otros (gracias, JaviSanz,  por refrescarme e ilustrarme la memoria).

Entre actores con estrella y cantantes de vinilo, los Gigantes y Cabezudos seguían alegrando a sus gentes. Pasan los años y en lo dinámico del tiempo queda algo permanente disfrazado de popeye, de bruja o de demonio. De rey o reina. Aquí no hay jaque mate. Gira el mundo, gira; gira España, gira; Pepe y Emilio, haced que desde sus entrañas, Sigüenza siga girando.