Gracia Iglesias: "Me gustaría que mis libros fueran activadores de la imaginación"
La escritora incide en la importancia de una buena relación con la lectura en la infancia.
Dedicada al mundo de la literatura desde hace más de dos décadas, Gracia Iglesias se inclinó, casi desde el principio de su carrera, por la literatura dirigida a los más pequeños. En cuarentena quiso compartir sus conocimientos y larga experiencia sobre la escritura de literatura infantil con todo el que lo deseara y, en ese momento, se convirtió en docente, una labor que ha culminado con la creación de su propia escuela, que gestiona con mucha ilusión y entrega.
¿Por qué literatura infantil? ¿Cuál fue la motivación para centrarse en esta rama?
Creo que la literatura infantil que me eligió a mí. Yo era una niña muy lectora, me apasionaba leer y en cuanto tuve consciencia de lo que los libros me daban ya sabía que de mayor quería escribir para niños como yo. Luego, con el tiempo, me siguió gustando la escritura y es verdad que empecé escribiendo poesía para adultos y me publicaron varios libros, pero realmente mi sueño de escribir literatura infantil seguía ahí y no paré hasta conseguir publicar libros infantiles. Ahora estoy en mi terreno, me encanta escribir para futuros lectores.
¿Desde su punto de vista, ¿cuál es la importancia de fomentar la lectura desde la infancia?
Es fundamental. Ahora mismo no se habla casi de analfabetismo porque todos sabemos juntar las letras, pero una cosa es saber interpretar los signos, es decir, la lectura como mecanismo, y otra cosa es saber interpretar un texto. Hoy en día tenemos que interpretarlo todo. Un buen hábito lector desarrolla muchísimo la capacidad de abstracción, la inteligencia, la capacidad de comprender textos complejos… por eso es muy importante que en la infancia se genere una buena relación con la lectura. Por otra parte, nos extiende el mundo. El mundo que conocemos es un mundo muy limitado y la lectura nos lo hace infinito, nos abre posibilidades, nos abre la capacidad de crear, inventar, y a partir de la imaginación y la invención es de donde vienen los grandes hallazgos de la humanidada.
Apunta que sus padres eran periodistas y que recuerda su infancia rodeada de cuentos. ¿Hay alguna lectura que recuerde más o con un cariño especial?
Sí, varias, de hecho. Mi madre nos generó un hábito de lectura ante unos libros de una colección que se llamaban ‘La Ballena Alegre’ y recogía libros como ‘Los últimos días de Pompeia’, ‘Marcelino Pan y Vino’… Lo divertido era que nos poníamos en su cama mi hermana, mi madre y yo, y leíamos una página cada una. Eso nos generaba las ganas de ese momento de intimidad. Mi padre nos leía los cuentos clásicos de los hermanos Grimm. Además, la colección de cintas de casette de “Cuentacuentos de Salvat que me marcó muchísimo. Luego ya vinieron los libros de ‘Los Cinco’, con los que me hice gran lectora. Me encantaba encerrarme y vivir esas aventuras yo solita, a veces con una linterna debajo de la manta, es un tópico pero yo lo hacía (risas).
¿Qué busca inculcar a los niños con sus cuentos?
Quiero transmitirles creatividad y amor por los libros. A partir de ahí ya llegará todo. Amor por la lectura. También me gustaría que mis libros fueran activadores de la imaginación. Para mi la imaginación es fundamental, es una llave mágica que abre puertas a todo.
¿Qué le inspira para escribir las historias?
Absolutamente todo es inspirador. Lo más inspirador es dejar la mente vacía y como dice Gonzalo Moure, que es un escritor al que admiro, simplemente mirar. Cuando miras a tu alrededor todo está lleno de historias. Lo interesante es que cuando intentas buscarlo, no lo encuentras, solo tienes que vaciar tu mente y que la vida pase por delante de tus ojos y ser capaz de ver lo que otras personas no ven.
¿A parte de escritora, es narradora. ¿Qué le aporta y le hace sentir narrar sus historias cara a cara con los niños?
Es como jugar, estás contándoles los cuentos y estás jugando con ellos, es volverse niña, me divierto muchísimo. Ellos ven cosas que tú a lo mejor no has visto cuando los escribías. Me nutro, me dan ideas, cuando me pongo a escribir para ellos tengo muy presente ese momento de contarles el cuento y yo creo que son dos facetas que se alimentan muy bien la una a la otra.
¿Qué es más difícil, escribir para niños o para adultos?
Para mí es más difícil escribir para niños, al contrario de lo que parece. Porque tienes que crear mundos de una manera muy sencilla, y lo más difícil en la vida a veces es la sencillez. En un solo disparo, que es lo que tienes en el cuento infantil, tienes que crear un impacto, tienes que cambiar algo en ese lector, su mirada. Es un desafío que está menospreciado y minusvalorado porque hay mucha gente que piensa que con llenar un texto de diminutivos y poner personajes infantiles ya está hecho, pero no es verdad. Los niños y niñas son muy exigentes, no les importa el autor de un texto, les importa que les transmita, y son muy sinceros y honestos, no andan con medias tintas. Por otra parte, tenemos una responsabilidad muy seria con ellos porque los niños de hoy son los adultos de mañana, las lectoras y lectores de mañana, las personas que gobernarán nuestros países… por lo tanto es importante que despertemos en ellos las ganas de leer, de conocer, el espíritu crítico, así que fíjate si es importante la literatura infantil. Y hay que hacerlo bien.
De toda su obra, ¿a qué textos les tiene más cariño?
Esta es una pregunta complicada porque les tengo cariño a todos. Pero sí que es verdad que ‘Felipe tiene gripe’ es un libro que ha marcado un antes y un después en mi carrera. Es el inicio de una colección de cuentos con la editorial Jaguar, que son ‘Felipe tiene gripe’, ‘Marcelina en la cocina’, ‘Buen camino Celestino’, ‘¡Qué jaleo Timoteo!’, y más que van a venir. Ese libro ha sido best seller, lo leen desde hace muchos años muchos niños, de alguna manera se está convirtiendo en un clásico, y que te digan que un cuento tuyo es un clásico de literatura infantil es muy potente. Pero luego hay otro montón de libros que quiero mucho y que me encanta contar. Todos tienen algo.
¿Considera que existen diferencias visibles entre la literatura infantil de hace unos años a la actual?
Sí, claro, el mundo cambia y cambian nuestras percepciones de cómo es la infancia, de cómo debemos educar… Para empezar, el concepto de infancia que tenemos ahora es una cosa muy moderna. Durante siglos los niños simplemente eran como mini adultos, no se concebía la importancia de la infancia para la vida, solo a partir de S.XVIII, y más marcadamente a partir del XIX, se empieza a pensar que hay que escribir específicamente para ellos, que hay que transmitirles unos valores… La literatura en general, pero quizás más marcadamente la infantil, está muy condicionada por dos corrientes complementarias; la moda y el tabú. En cada época hay modas y tabúes. Hace solo unas décadas no se podía concebir hablar de diversidad sexual en un libro para niños, era un tabú, y sin embargo ahora se ha convertido prácticamente en una moda, es hasta necesario que en un libro aparezcan diversidades tanto sexuales como raciales y otras cuestiones. Hay que conocerlos y construir los textos sabiendo a qué te puedes enfrentar.
¿Qué debe tener y qué no debe faltar en un cuento infantil?
Para mi no debe faltar, de ninguna manera, el entretenimiento. Es fundamental. Debe ser divertido, pero no en el sentido de humor, puede ser un libro que no sea de humor, pero que genere fascinación, que genere en los lectores ganas de leerlo otra vez y de seguir leyendo.
¿Aparte de escribir y narrar, es actriz de doblaje y canta, ¿cómo llego a esas áreas?
El doblaje es algo que siempre me ha atraído. En el año 2013 cerré un proyecto que tenía en Guadalajara, me quedó mucho tiempo libre y me pareció un muy buen momento para ponerme a estudiar sobre ello. Estuve más de 6 años estudiando doblaje y locución y es algo que me ha dado un montón de recursos para mi trabajo como narradora y para mis actuaciones. A raíz de eso yo creo que también ha venido lo del canto. Hace más de 10 años empecé a cantar en Cuentacuentos que hacía, en ese momento los hacía acompañada del cantante Pedro Chain, que también es de Guadalajara y es muy bueno, y un poco animada por él empecé a cantar y a inventarme mis propias cancioncillas acompañándolas de la guitarra, que la toco a nivel amateur. De pronto me encontré con que la gente me pedía las canciones. Da la casualidad de que, como te digo, yo llevaba 6 años estudiando voz en una escuela muy buena de Madrid, que se llama AM, y allí tienen estudios de grabación, clases de canto… hacen este tipo de producción sonora. Les planteé la idea de poder grabar un disco y me dijeron que sí. Ellos se hicieron cargo de la parte económica, de la música. La parte física, ya que fue un libro-disco, la sacamos a través de un crowdfunding y así nació mi libro-disco ‘Canta con Gracia y Salero’. Hace muy poco me dijeron que habíamos estado concursando incluso en los Grammy Latino, es una locura. Son cosas que llegan a la vida porque trabajo mucho y con ganas y con ilusión y es como que se alinean ciertas cosas que yo nunca habría soñado.
¿Hay algún proyecto que tenga entre manos? ¿Algún libro por publicar?
Ahora misma estoy inmersa en dos cosas bastante bonitas. A nivel literario estoy con la promoción de mi novela ‘Priscila y el concurso Minisuperchef’. Esta novela es muy importante para mí porque, aunque ya había escrito novela infantil, esta es un poco más crecidita, para niños de 10, 11 e incluso 12 años, y me hace mucha ilusión meterme en el mundo de la narrativa infantil para lectores más avanzados. Al mismo tiempo estoy muy contenta con la escuela de literatura infantil y juvenil. Yo empecé a dar cursos de escritura de literatura infantil y juvenil en 2020 a raíz de la cuarentena por reinvención laboral y por petición. Empezó como algo que para mí era circunstancial, pero ha ido creciendo y tengo cada vez más alumnado. Tengo una comunidad preciosa. Lo he convertido en escuela oficialmente y tenemos una plataforma. Tengo más de 55 alumnas, y 10 son de mentoría, es decir, de un nivel más avanzado de formación en el que les voy enseñando todo lo que sé. De hecho ya tengo dos alumnas y un alumno que van a publicar con grandes editoriales a raíz de los cursos que han hecho conmigo. Para mi es un sueño personal, estoy muy orgullosa. Este es un proyecto que ahora mismo me tiene muy volcada. Por otra parte sigo escribiendo y en primavera saldrán nuevos libros. Saldrá un libro nuevo de la colección de ‘Felipe tiene gripe’, y bueno, sin parar. También he estado en Guadalajara estas navidades coordinando los eventos infantiles del centro comercial Ferial Plaza y parece que han quedado muy contentos. Si no cambian las cosas, seguiremos organizando actividades culturales para la familia allí.