Guadalajara en negro

28/09/2018 - 13:24 Jesús de Andrés

 Es de desear que una iniciativa como esta, que ha traído durante el fin de semana a autores de primer nivel tenga un largo recorrido y se consolide en el panorama nacional de los certámenes literarios.

El pasado fin de semana se alinearon los astros de la literatura en Guadalajara y nos obsequiaron con tres acontecimientos de primer nivel. En Sigüenza se celebró una jornada más de las Noches Literarias, una brillante iniciativa del Ayuntamiento seguntino y del Parador de Turismo que, desde hace un año y medio, organizan un encuentro y una tertulia con un destacado escritor un viernes al mes. Gracias a la eficaz labor de la concejal de Cultura, Sonsoles Arcones, y del director del Parador, José María Pérez-Reverte, por allí han pasado Juan Eslava Galán, Javier Sierra, Carmen Posadas, Santiago Posteguillo, Isabel San Sebastián o Javier Marías, entre otros destacados autores. En esta ocasión el turno fue para Rosa Montero, quien dialogó con Marta Robles sobre su obra, su biografía y su última novela, Nosotras.

El segundo acontecimiento fue la decimoquinta edición del festival de poesía Arriversos, que enlazando con el programa festivo de Ferias ha desarrollado distintas actividades a lo largo del mes de septiembre, concentrando su actividad la semana pasada. Mamen Solanas y su espectáculo perfopoético, siempre de la mano de las vanguardias, Marwan y su apuesta musical o David López y Pere Rojo y su puesta en escena conjugando música y poesía han sido algunos de los participantes del certamen, que ha contado con la celebración de jam session, talleres de poesía y recitales.

Por último, el I Certamen de novela negra Guadalajara en Negro, con el decidido apoyo del Ayuntamiento, ha elevado al máximo la actividad literaria de la capital, siendo foco de atención mediática nacional. Contó para ello con la presencia inaugural de Lorenzo Silva, autor de la célebre serie protagonizada por una atípica pareja de la guardia civil, Bevilacqua y Chamorro, que ha cumplido ya los veinte años de servicio. Esta serie, que cada dos o tres años incorpora una novedad editorial, permite observar la evolución de la sociedad española y de las técnicas de investigación criminal: de las huellas dactilares de hace unos años a la huella digital que vamos dejando con los móviles y los ordenadores. Precisamente fue una novela ambientada en Guadalajara, El alquimista impaciente, con la que obtuvo el Premio Nadal en el año 2000, la que aupó al éxito a esta serie. Es de desear que una iniciativa como esta, que ha traído durante el fin de semana a autores de primer nivel como Jorge Volpi o Juan Madrid, tenga un largo recorrido y se consolide en el panorama nacional de los certámenes literarios, algo de lo que estaba huérfana Guadalajara. Toda primera vez es un aprendizaje y estoy seguro que con algo más de implicación de la sociedad civil, así como de las instituciones culturales y educativas, el certamen dirigido por Beatriz Gómez puede depararnos grandes alegrías en el futuro.