Guadalajara tiene más de 300 ‘anfitriones’ de alquileres turísticos

05/02/2017 - 18:09 D.Pizarro

El sector pide “igualdad de condiciones” con los alojamientos de economía colaborativa.

Guadalajara es una provincia turística. Es un hecho. Aunque muchos creen que sigue siendo la gran desconocida al no disfrutar de tanta fama como otras. Son muchos los encantos que ofrece, sobre todo naturales e históricos, pero también arquitectónicos y folclóricos. De todos ellos se presumió en la reciente edición de Fitur, celebrada hace dos semanas en Madrid. Y como siempre viene bien respaldar los buenos mimbres con datos oficiales, pues ahí está el Instituto Nacional de Estadística (INE), que confirma que las pernoctaciones en alojamientos de turismo rural se incrementaron en 2016 –sin contar el mes de diciembre– en un 24,37 por ciento, al alcanzarse casi las 100.000 noches. También llegaron en ese periodo casi un 19 por ciento más de visitantes.
    Pero la vida cambia más deprisa de lo que somos capaces de darnos cuenta. O quizás de lo que nos gustaría. Porque en esos datos tachados de excepcionales por todas las administraciones, no se tienen en cuenta, por ejemplo, aquellos que deciden visitar la provincia y hacer noche en ella en alojamientos no oficiales. Son, por ejemplo, los que se anuncian a través de comunidades de internet. Porque las redes sociales no sólo se dedican a poner en contacto a compañeros de colegio que hace años que no se ven, sino que también conectan a viajeros con personas que quieren compartir sus hogares. ¿Competencia desleal? Realmente, la normativa actual no llega a abordar este asunto, por lo que se trataría de algo alegal, no contemplado en las leyes y, por tanto, no susceptible de constituir un delito. Lo que está claro es que esta moda conocida, como otras tantas, por el término inglés  home sharing (compartir la casa en la que vives) es una actividad que en muchos países y ciudades está perfectamente regulada. Así sucede en Estados Unidos, como en San Francisco, Chicago, Washington o Portland.
    Airbnb, una de las comunidades online de alojamientos temporales más conocidas, cuenta en la provincia de Guadalajara con más de 300 anfitriones. Los alquileres, como se denominan en su página web, van principalmente desde los 12 euros hasta los 150, aunque también hay alguno que supera los 300 euros. Y todo esto, como nos señalan los responsables en España de esta plataforma, con precios “más bajos” que un hotel. De cualquier forma, los anfitriones fijan el precio y están obligados a seguir la normativa local, incluyendo las leyes fiscales aplicables, tal y como aseguran desde la plataforma.

Casa completa o habitación
En Airbnb se puede alquilar desde una casa entera hasta una habitación privada o incluso compartida. Una casita de madera en Uceda por 70 euros la noche, una casa grande en Heras de Ayuso con capacidad para 10 personas por 160, una casa cueva de 100 metros cuadrados en Hita por 80, otra en Roblelacasa con todo el “encanto” de la arquitectura negra por 125 la noche, o un piso en el “corazón” de Guadalajara capital por 45 euros. Está claro que las opciones son infinitas, pues los anfitriones de casas completas llegan a todas las comarcas de la provincia. Esta opción se convierte en la más deseada por familias enteras o grupos de amigos que quieren pasar un fin de semana o un periodo vacacional corto fuera de sus lugares de origen. La información viene prácticamente completa en la página de cada alojamiento, con el modo de llegar, los servicios con los que cuenta (calefacción, internet, televisión…), las normas de la casa, es decir, si se aceptan o no mascotas o la celebración de fiestas, los descuentos por semanas, las penalizaciones por cancelación, la oferta de ocio en el entorno… No hay más que validar las fechas elegidas, reservar y viajar.

Si se prefiere una habitación privada, normalmente son para una o dos personas. Aquí las opciones se disparan: buhardilla rústica, lugar para relajarte, habitación agradable, rooms individual o dos personas, habitación con baño, big and quiet double room (habitación doble grande y tranquila), cerca del centro, de la estación del bus salida N2 (sic), habitación doble en chalet adosado… A simple vista, los anuncios parecen ir dirigidos a un público más joven, incluso visitantes extranjeros, dado el esfuerzo de muchos por traducir sus anuncios al inglés. Donde, de momento, no hay oferta alguna en la provincia es en el apartado de habitaciones compartidas.

    
El sector hotelero pide "igualdad de condiciones"
El presidente de la Federación Provincial de Turismo, Juan Luis Pajares, se muestra firme al decir que esta nueva práctica “nos está haciendo mucho daño”. La califica de “competencia desleal” y de “grandes” proporciones. “El problema –asevera– es que es una moda que viene para quedarse, por lo que habría que atajar el tema”. Así lo reclaman las federaciones de turismo a todos los niveles, nacional, regional y provincial, pues siguen con “preocupación” una situación que, no obstante, reconoce que es “bastante compleja”. Compleja porque afecta a las regulaciones del sector, a los impuestos que se habrían de pagar estos anfitriones ocasionales, o a las normativas de la Agencia Tributaria, entre otras cosas. Pajares insiste en que los apartamentos turísticos son “irregulares”, y por ello, “quien tiene la competencia, en nuestro caso el Gobierno de Castilla-La Mancha”. Reconoce el presidente de la Federación Provincial de Turismo que ya se han interpuesto “algunas” denuncias por estos alquileres, “básicamente porque no son competencia leal, que es muy sana, sino otra cosa”.
    Pero consciente de que es un fenómeno que “ha venido para quedarse”, insta a “coger el toro por los cuernos” y ver de qué forma se puede regular. “Es innegable que para el cliente es algo muy bueno porque se ahorra dinero y puede alojarse en pueblos que no tienen infraestructura hotelera; pero no así para el sector, que está todo el año trabajando y crea puestos de trabajo”. Esto, insiste, en una situación en la que no se da la “igualdad” de condiciones. “No es lógico que cierren hoteles y casas rurales mientras que hay gente que no vive de esto y alquila habitaciones sin ningún tipo de condición, simplemente poniendo un anuncio en una página web”. Todo esto le lleva a reconocer que se trata de una “amenaza seria” que, pese a todo, “va a seguir creciendo”.