Infraestructuras futuristas
Con meses de antelación a lo esperado (de hecho según el proyecto inicial, realizado por Rayet Construcción y Sacyr, estaba previsto que estas obras concluyesen el próximo mes de diciembre), el presidente castellano-manchego, José María Barreda se encargaba ayer de inaugurar la tan deseada conexión de los polígonos. La Consejería de Ordenación del Territorio y Vivienda comenzaba en 2008 las obras de esta vía que se convierte en la continuación de la Ronda Norte, hasta la carretera N-320 en los municipios de Guadalajara y Cabanillas del Campo. El enlace supone la creación de una Ronda Oeste que sirve, fundamentalmente, para reducir considerablemente el tráfico interno de la ciudad y de los accesos radiales con municipios colindantes como Marchamalo. No en vano, alrededor de 100.000 habitantes se beneficiarán de esta carretera de 4,4 kilómetros de longitud que conecta los polígonos de El Henares y Cabanillas y que ofrece comunicaciones alternativas a los pueblos del Corredor. De hecho, esta nueva vía de conexión está formada por dos tramos. El primero, que va desde la CM-1002 (Marchamalo) hasta la CM-1007 (Cabanillas), y que cuenta con una longitud total de 1.893 metros y el segundo tramo, de la carretera de Cabanillas a la N-320 que tiene una longitud de 2.697 metros. Las expectativas de esta infraestructura no son pequeñas, si tenemos en cuenta que el principal objetivo es el de mejorar la calidad de vida de los vecinos ya que se optimiza el tiempo para acceder a la ciudad. Pero, además, las características propias de la nueva infraestructura, con una calzada que consta de dos carriles de 3,50 metros, con un arcén interior de un metro y otro exterior de 2,50 metros, hacen que ese acceso resulte más cómodo para los conductores, con lo cual no sólo se mejoran los tiempos, sino también la seguridad. Sin duda, esta vía es un reflejo, más, del desarrollo que ha sufrido la provincia en la última década y que se materializa en infraestructuras futuristas como ésta.