Insurgentes nigerianos matan a once soldados en un ataque contra un oleoducto
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
La insurgencia nigeriana ha vuelto a atacar contra uno de los principales intereses del país africano y de las empresas extranjeras.
El Movimiento para la Emancipación del delta del Níger (MEND) se atribuyó hoy una explosión contra un oleoducto de la petrolera Shell y la muerte, como consecuencia de este suceso, de once soldados. El Ejército negó en un primer momento este sabotaje, calificándolo de mentira maliciosa, pero posteriormente admitió la deflagración. El MEND confesó su autoría en un comunicado enviado por correo electrónico. En él, confirmó el sabotaje de un oleoducto de Shell de una planta ubicada en el estado sureño de Rivers. El suceso, ocurrido durante la madrugada, está dedicado al Gobierno del presidente Umaru YarAdua y de su número dos, Goodluck Jonathan, quienes después de un año en sus cargos no han podido garantizar la paz, la seguridad y la reconciliación en la región del delta del Níger, señaló la nota de la insurgencia. Los rebeldes se jactaron también de haber matado a once militares a causa de la deflagración.
El Ejecutivo nigeriano asumió el poder el 29 de mayo del año pasado con la esperanza de resolver la violencia en el delta del Níger y negociar con las milicias. Sin embargo, de momento las intenciones se han quedado en sólo eso y se suceden los ataques contra instalaciones petroleras y secuestros de trabajadores de la industria. A la versión oficial le cuesta asumir la tensión manifiesta, como volvió a quedar de manifiesto en la última explosión contra la empresa Shell, que rehusó realizar comentarios a este respecto.
El Ejecutivo nigeriano asumió el poder el 29 de mayo del año pasado con la esperanza de resolver la violencia en el delta del Níger y negociar con las milicias. Sin embargo, de momento las intenciones se han quedado en sólo eso y se suceden los ataques contra instalaciones petroleras y secuestros de trabajadores de la industria. A la versión oficial le cuesta asumir la tensión manifiesta, como volvió a quedar de manifiesto en la última explosión contra la empresa Shell, que rehusó realizar comentarios a este respecto.