La concesión de licencias en Guadalajara
11/09/2011 - 00:00
El pasado día 31 de marzo presenté en el Ayuntamiento un escrito solicitando la anulación de la licencia concedida para levantar un edificio (para la ampliación de una casa) en la Avenida de Castilla número 36, parcela colindante a la de mi vivienda.
En mi escrito digo que el proyecto de obra presentado y autorizado, que cuenta con el informe favorable del Arquitecto Municipal, incumple la Ordenanza 06.
Edificación extensiva de viviendas unifamiliares, aisladas o pareadas, aplicable en este caso, así como otras normas contenidas en el vigente Plan General de Ordenación Urbana. Los incumplimientos que indico más relevantes son los siguientes:
Se llama a planta sótano a la planta baja del edificio, aunque todos los puntos de su base se encuentran sobre la rasante. Así se quiere autorizar una planta más de las dos que se permiten y no computa edificabilidad.
El edificio supera la altura máxima permitida de 7 metros. No solo se calcula mal el punto de referencia de la altura reguladora, sino que, además, no se respeta la medición resultante.
Se levanta una cuarta planta bajo la falsa denominación de planta bajo cubierta. La terraza del edificio y los elementos construidos en ella son contrarios a lo regulado para esta zona, en el art. 77 del P.G.O.U. Cámaras bajo cubierta
No se respeta el retranqueo lateral a mi parcela. Se ha levantado parte de la estructura (un pilar y una viga) sin respetar los tres metros de distancia.
Mi insistencia, por medio de varios escritos, para que fuera revisada la licencia concedida lo antes posible (la obra acababa de empezar y la inversión realizada en ella era mínima) no llevó a la apertura inmediata del expediente que obligatoriamente debe iniciarse desde el primer momento. Casi al contrario, los propios servicios municipales formularon una denuncia en mi contra, e iniciaron de oficio un expediente por la comisión de presuntas irregularidades urbanísticas por mi parte.
Tras justificar, por mi parte, la falta de fundamento y la improcedencia de dicha denuncia, pudo interpretarse que la verdadera intencionalidad de dicho acto era la de causarme miedo y, en consecuencia, conseguir que abandonara mi derecho a solicitar la revisión de esa licencia.
Tardaron más de dos meses en comunicarme que se había abierto el oportuno expediente para la comprobación de los hechos denunciados en mi escrito inicial.
El pasado día 1 de julio, revisando el estado de la tramitación de este expediente y los documentos que contiene, se observó que en él existe un escrito del que se dio cuenta inmediata al Secretario General de la Corporación, dado lo que se manifiesta en el mismo. Se trata de un texto manuscrito y firmado por un funcionario, que dirige a otro funcionario, y contesta de este último también con su firma; ambos, identificados con su nombre y con su firma, ocupan puestos de responsabilidad en el Ayuntamiento.
Mi estado de ánimo es el de sentirme perseguido y amenazado. Una de las frases del documento escrito que he mencionado, la de ir también contra él, y asustarle un poquito, me ha generado una enorme intranquilidad, tanto en el ámbito personal como en el familiar, no llegando a adivinar el significado y el alcance que pueden llegar a tener estas palabras.
El texto de este documento fue llevado a la Comisaría de Policía de Guadalajara donde tengo presentada una denuncia por un presunto delito de amenazas y/o coacciones. Acompañando a esta denuncia se ha hecho entrega de un dossier completo donde se relatan y documentan los hechos que traen causa a la misma. Ahora todo ello se encuentra en el Juzgado de Instrucción Nº 1.
Asimismo, he formulado recusación contra los dos funcionarios implicados en aquel escrito, exponiendo las causas que motivan esta propuesta, para que, en lo sucesivo, se abstengan de toda intervención en el expediente. (Todavía sin contestar por el Ayuntamiento).