La mediocridad provocadora

13/04/2018 - 18:07 Manuel Ángel Puga

Santiago Sierra expuso 24 fotografías pixeladas bajo el provocador título de ‘Presos políticos en la España contemporánea’ sobre el 1-O.

Que la mediocridad es un mal extendido por toda nuestra geografía es tan evidente que hasta las redes sociales lo pregonan. Sí, en nuestro país abunda la mediocridad, particularmente en el mundo de las Artes y de las Letras. Y esto da pena decirlo, porque en España nacieron genios de la talla de un Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Francisco de Quevedo y tantos otros en el ámbito de las Letras. Españoles fueron también artistas de renombre universal como Velázquez, Murillo, Goya, Dalí, Picasso y tantos otros genios de la pintura. ¿Y qué decir de músicos como Granados, Manuel de Falla, Albéniz, Sarasate, Andrés Segovia, etc.?... España dio grandes figuras al mundo de las Letras y de las Artes, todo muy distinto de lo que hoy viene ocurriendo.
    En efecto, en nuestros días circulan muchos libros, especialmente novelas, que carecen de valor literario. Hace algunos años la que fue gran escritora, Mercedes Salisachs, decía: “Ahora se lee mucha basura, pero es fácil de detectar y yo no la compro”. Quedan lejos aquellos tiempos en los que escritores como Mariano José de Larra decían: “Terrible y triste cosa me parece escribir lo que no ha de ser leído”. Hoy no importa esto, lo que realmente importa es el dinero, el “libro-negocio”, el “libro-regalo”. Se compran libros no para leerlos, sino para regalárselos a quien con toda seguridad tampoco los leerá. Esta es la razón por la que se suele cuidar tanto la presentación externa del libro. Además, como no hay “calidad” literaria en las novelas se recurre a la “cantidad” de páginas. Se busca que la cantidad sustituya a la calidad. La mediocridad se ha impuesto en nuestra literatura, y lo mismo cabe decir de la pintura, escultura, música, etc.
    Una prueba más de esta mediocridad la tenemos en que, con motivo de alguna manifestación o concentración, los medios de comunicación suelen informar que “asistieron varias personalidades del mundo de la cultura”. Pero cuando indagamos de qué “personalidades” se trata comprobamos con decepción que normalmente son titiriteros, raperos, folklóricas, artistas de cine, etc. Intelectuales, lo que se dice intelectuales, grandes escritores (no mediocres novelistas), investigadores científicos, catedráticos de Universidad o célebres conferenciantes,… de estos no asistió ni uno. Y es que hoy se ha rebajado mucho el concepto que antes teníamos del “mundo de la cultura”. Tanto se ha rebajado que cuando se hace referencia a este mundo solemos pensar en sus estamentos más bajos. Muy pocos son los que piensa en las primeras figuras de las Letras o de las Artes, es decir, en quienes deberían ser los referentes de nuestra cultura nacional. Es el poder de la mediocridad.
    Pero la cosa es mucho peor cuando la mediocridad se hace provocadora y busca crear algún conflicto para beneficiarse de él. Sí, hay artistas mediocres que crean conflictos para hacerse notar y así poder sobrevivir. Es, por ejemplo, lo ocurrido hace poco en la exposición ARCO 2018, en Madrid. Los medios de comunicación dieron a conocer que Santiago Sierra, de quien algunos dijeron que le interesaba más el dinero y la provocación que el arte, expuso 24 fotografías pixeladas bajo el provocador título de “Presos políticos en la España contemporánea”.
    Dichas fotografías correspondían a los independentistas catalanes que promovieron el prohibido referéndum del 1-O, algunos de los cuales están en prisión acusados de varios delitos. Como es sabido, Ifema ordenó retirar las provocadoras fotografías con el pretexto de que “perjudicaban la visibilidad del conjunto”.
    La mediocridad es un grave mal para la sociedad que la padece, pero mucho más lo es cuando se utiliza para crear algún conflicto social y para provocar. Es fácil percatarse de que existen novelistas, cantantes, raperos, pintores, etc., que saben poco de buena literatura y de buen arte, pero sí saben mucho de técnicas de provocación y de herir la sensibilidad de los demás. Buscan hacerse famosos creando conflictos y provocando. Cierto que existen excepciones a la mediocridad general, gracias a lo que a veces aparecen valiosas novelas, al igual que canciones, esculturas, pinturas, etc. Pero, en cualquier caso, estas excepciones lo único que hacen es confirmar que no hay regla sin excepción.