La patrona

15/10/2017 - 12:23 Luis Monje Ciruelo

No necesita la Guardia Civil el beneplácito de los políticos porque cuenta con el afecto y reconocimiento de sus méritos por la gente.

Escribo en vísperas de la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil por lo que me parece obligado reiterar los elogios que muchos años he dedicado a la Benemérita en esta fecha, aunque este año sea para compensar los insultos y humillaciones que ha recibido en Cataluña con motivo del frustrado intento de un referéndum ilegal para independizarse de España. No necesita la Guardia Civil el beneplácito de los políticos porque cuenta con el afecto y reconocimiento de sus méritos por la gente (¿Habrá algún Ayuntamiento en la provincia que no haya protestado cuando han intentado suprimir su Puesto?). Los políticos que gobiernan, sea el Partido que sea, se dan cuenta pronto de que su más firme apoyo es la Guardia civil. Felipe González, a los pocos meses de ser presidente del Gobierno dijo que había descubierto a la Guardia Civil. Y es así por la obediencia al Mando que exige su condición militar, por su sentido del honor (artº 1º  del  Reglamento), por su generosidad y su altruismo; en definitiva por su eficacia, fruto de dos factores indiscutibles: Su distribución geográfica diseminada por todo el ámbito rural, y su completísima red de información, que llega a los últimos rincones, a todos los recovecos sociales y, por supuesto, a todos los ámbitos delictivos, juntamente con los servicios de información de la Policía. Los elogios que con motivo de la fiesta de su Patrona ha recibido le habrán venido bien para compensar las humillaciones recibidas de las incivilizadas turbas independentistas.  El elevado espíritu de la Benemérita y su respeto al uniforme que la identifica y prestigia les impidió reaccionar violentamente como tales antidisturbios, y moderaron, y aún suavizaron su reacción al observar niños, mujeres y ancianos entre los alborotadores. Quizá los elogios que han recibido en la fiesta de su Patrona de todas partes, incluidos algunos partidos de izquierda que no pueden disimular sus recelos ante la Benemérita, les ayuden a compensar las  afrentas recibidas en Cataluña el 1-O .Y quién sabe si su correcto comportamiento, junto a la Policía Nacional, no habrá influido en el cambio de la reacción popular con banderas de España, vivas a la Guardia Civil y hasta gritos multitudinarios de ¡“A la cárcel Puigdemont!”