La población de aves ha caído un 30 % en los últimos 25 años en la comarca de Brihuega

22/09/2016 - 13:10 D.Pizarro

Pesticidas, quemas de rastrojos o eliminación de majanos, entre las principales causas.

La comarca de Brihuega (Guadalajara) ha perdido un 30 por ciento de la población de aves en los últimos 25 años, según el grupo de anillamiento Aegithalos. El coordinador Miguel Ángel Letón explica que, como asociación medioambiental, “llevamos estudiando la avifauna desde hace más de 30 años en esta comarca, y hemos asistido a un descenso importante de población de determinadas especies”. Letón explica que esta pérdida de ejemplares se da principalmente en el medio agrario. “La Sociedad Española de Ornitología ya avisaba en 2005  sobre  la disminución de las aves relacionadas con el medio agrícola y en el 2013 publicaba los datos correspondientes a un estudio de seguimiento llevado a cabo desde 1998 (SACRE) en el que se confirma este declive”. El coordinador de Aegithalos señala que se han detectado algunos factores que afectan directa o indirectamente a las aves, y en el caso de la comarca de Brihuega han sido el sisón, el alcaraván, el aguilucho cenizo, el cernícalo vulgar, el mochuelo, la lechuza, la alondra común, la codorniz o la calandria. “Son especies típicas y representativas del medio agrario, ligadas a las estepas cerealistas”. De hecho, se alimentan de grano y también de invertebrados y pequeños vertebrados típicos de este hábitat, como los insectos y roedores. Algunas especies, como el  sisón y el alcaraván se encuentran “prácticamente extinguidas”. 
        En cuanto a esos factores perjudiciales, Letón pone el aviso en los pesticidas, la quema de rastrojos o la eliminación de los majanos. Las aves también se han visto afectadas por la supresión de lindes a causa de la concentración parcelaria, “pues en ocasiones criaban justo en esos espacios” y la tendencia a generar grandes extensiones con un solo cultivo. De todos estos, los plaguicidas son los más mortales para las aves, “pues afecta directamente a la reproducción”. 
    Con todo, Letón no duda en afirmar que las aves son “indicadores directos” de la calidad del entorno, “de todo lo que ocurre a lo largo del tiempo y cuanto se está haciendo mal”. 
    Esto lo relaciona el coordinador de Aegithalos con los altos niveles de nitratos que registra el agua que abastece a la comarca de Brihuega. Hay que recordar que el Ayuntamiento briocense convocó hace unas semanas una reunión informativa para dar a conocer esta situación a los vecinos. “Lo del agua es algo que hasta ahora no se veía porque se trataba de agua subterránea, pero desde hace tres años estudiamos la calidad del agua en superficie del río Tajuña, en el tramo desde Masegoso hasta Brihuega”. En esos análisis, esta asociación ha comprobado que las aguas superficiales “concentran progresivamente más nitratos cada año”. Esto ha venido a corroborar las “sospechas” que tenían. 
        Así, Letón recuerda que a finales de 2015 realizaron varias analíticas en los manantiales de los arroyos que vierten al Tajuña. “De los dos que se nutre Brihuega, uno estaba ya al límite de nitratos, y el otro ya había superado los niveles recomendables, y en el caso de algunas pedanías lo superaba con creces”. 
    Con todo, el coordinador de Aegithalos lamenta que, “desafortunadamente, esta situación no solo ocurre aquí, y esto se podría acabar si no se abusara de los nitratos en el campo”. En este sentido, agradece que el Ayuntamiento de Brihuega haya dado un “paso adelante” informando a la población, pero considera que se debería declarar el agua no potable. “La cosa pinta muy mal, se debería haber prevenido pues desde el 2003 la zona ya fue declarada como vulnerable;  se han ido acumulando niveles de nitratos que tardarán mucho en limpiarse, pues unas filtraciones al agua subterránea no es lo mismo que un vertido a la superficial”.
    La asociación Grupo de anillamiento Aegithalos comenzó hace tres años un proyecto de custodia del territorio en la comarca de Brihuega que se llama Dale alas al campo, y que tiene como objetivo principal la recuperación de la biodiversidad en el medio agrícola y llega a acuerdos con propietarios para realizar diversas actividades en sus terrenos, por ejemplo aumentar la población del cernícalo vulgar y el mochuelo que son especies beneficiosas para el agricultor.