"Todo lo que he escrito tiene el denominador común de venir de una experiencia personal"

14/10/2016 - 13:31

El cantante malagueño visita hoy Guadalajara por segunda vez, en esta ocasión en el Buero Vallejo.

Dos nominaciones a los Latin Grammy por El Mundo y los amantes inocentes  hablan por sí mismos del nuevo éxito cosechado por Pablo López, el cantante que actúa este viernes en el teatro auditorio Buero Vallejo de Guadalajara (20.30 horas). Su piano es una prolongación de su cuerpo sobre el escenario, el instrumento que le ayuda a dar forma a los mensajes que lanza en cada tema y que tienen en el amor y la crítica social sus principales fuentes de inspiración. La energía, la espontaneidad y la participación del público, hoy, crearán un concierto único.
    El año 2013 fue el de su despegue, el año en que los medios de comunicación se fijaron en usted y fue nominado a Mejor Nuevo Artista. ¿Cómo fue el camino hasta llegar a este punto?
    Digamos que la culpa de sacar la cabeza del hoyo, de alguna manera, la tuvo el equipo de trabajo que se formó en 2013. Eso me dio la oportunidad, sobre todo, de ser escuchado y juzgado. Tuve la suerte de que la respuesta tanto de medios de comunicación como de público fue más incluso de lo que esperábamos. Especialmente fue por ese grupo de personas, que ya venían trabajando con otros artistas, y que creyeron en mí artísticamente y sin ningún tipo de concesión.
    Hubo un paréntesis desde su paso por Operación Triunfo, cuando tenía poco más de 20 años, y el inicio de su carrera.
    Operación Triunfo, que es donde normalmente llega la confusión en la gente, no te garantiza que te vayan a hacer una carrera musical, porque eso es imposible. Es un programa de televisión, maravilloso, pero un programa de televisión que un día cierra y te tienes que ir a casa. Entonces tuve eso claro y le agradezco a la vida que con 22 o 23 años que tenía me diera el raciocinio de saber que no iba a ser fácil. Por eso seguí trabajando y encontrándome a mí mismo como persona y como músico. De ahí di un pequeño o un gran saltito cuando varios artistas empezaron a cantar canciones que había escrito yo. Esas mismas compañías que llevaban las carreras de esos artistas se fijaron en mí.
    Es compositor, letrista, intérprete... lo hace todo usted mismo como ‘Juan Palomo’.
    (risas) No entiendo la música de otra manera. Para mí la música es un todo desde que tengo uso de razón no sólo como profesional, sino como ser humano. Siempre me he grabado, he tocado, he compuesto... desde que tenía  6 o 7 años. Hay pocas sensaciones parecidas a la de sentir que tú mismo estás creando algo que no existía antes y que se convierte en una realidad artística. Eso me pasa desde pequeñito, era un juego. Por eso me ha costado mucho delegar, en el terreno de una canción, en otras personas. Aunque me he acostumbrado a lo largo de mi carrera a eso, a quitarme el complejo de ‘Juan Palomo’, y lo agradezco. Ahora con mi productor arreglamos las canciones juntos y escuchando a los autores con los que estoy empezando a trabajar mano a mano, cosa que no había hecho antes. Te causa satisfacciones porque son, digamos, cerebros extra.
     En este terreno del trabajo en equipo ya tiene experiencia cantando con otros artistas pero, ¿le gustaría grabar una canción con alguien en especial? ¿le lanzaría el guante a alguien?
    En este terreno he de reconocer que soy muy feliz porque he cantado con más artistas de los que pensaba. Siempre digo que prefiero ya dejarlo a la providencia y al azar que, de repente, venga alguien o surja algo, por ejemplo, en una fiesta un día que esté cantando con un colega al que admire... Desde Alejandro, hasta Tiziano, Orozco, Carrasco, Jaime Cullum... me han dado la oportunidad de grabar y ahora mismo estoy, por eso, pensando en que, bueno, que sea lo que la vida quiera.  
    Este tipo de trabajos son, además, un aprendizaje mutuo. Se aprende otras maneras de interpretar, de ver la música...
    Sin duda. Cada día tengo más claro que la sabiduría claro que está en los libros pero, en general, la parte más importante está en la vida, en viajar y en conocer a la gente con quien compartes parte de la forma de pensar en la vida. Cuando estás con un artista que lleva 20 años de carrera haciendo lo que tú pretendes hacer descubres cosas que no sabías y te las guardas en tu libreta mental.
    Quería ser periodista de pequeño. ¿Qué ocurrió para que se decantara por la música?
    En la adolescencia tenía claro que quería ser o periodista o músico y que iba a pasar hambre en cualquiera de las dos (risas). Fíjate que hay mucha más relación de lo que pudiéramos pensar. Los dos nos dedicamos a contar cosas y tenemos la responsabilidad de contarlas con un sentido porque, presumiblemente, va a ser leída o escuchada por un número de personas. Siempre me ha gustado leer periódicos. Era un niño raro. Ahora cuando voy en el AVE me lo leo todo, sea del signo que sea, y me da la risa ver cómo puede haber, por ejemplo, diferentes interpretaciones de una misma noticia. Es una cosa que me sigue apasionando y que me  ayuda mucho a escribir porque uno escribe desde su realidad; al fin y al cabo  todo lo que escribo lo he vivido, pero evidentemente no estoy en un campo de refugiados, no estoy en una patera tampoco, no estoy en el estado de Virginia, ni soy negro, así que todo lo que puedas leer y empaparte de eso te ayuda a dibujar en tu cabeza una realidad más amplia.
    Lee mucho en el AVE porque, obviamente, la vida del músico es movida. ¿Cuál es su secreto para no echar de menos a su gente o hacer la vida lo más normal posible estando un día aquí y otro allí?
    Yo soy feliz con ese concepto. Si algún día me molestó hoy en día es vital para mí. Si me tiro tres días seguidos en mi casa mi cuerpo me dice ‘eh, qué pasa, algo está yendo mal’. Mi cuerpo, mi mente relacionan el movimiento con algo positivo. Es extraordinaria esta vida. Leí un artículo que decía que los artistas vivían veititantos años menos y me quedé asombrado...
    ...¿se referiría quizá a artistas que pueden tomar sustancias?
    Qué va, qué va. Eso pensé yo, pero no. Simplemente es que se vive tan rápido... He estado desde Japón, a Méjico, Chile, Argentina, Estados Unidos... varias veces este año solo. Cada semana tengo historias que a una persona normal le cuesta generar un año. Entonces a veces pienso ‘yo creo que el cuerpo llega un momento que dice, bueno, ya lo he vivido todo’ (risas).
    Entonces cuídese, duerma bien y coma bien.
    Por desgracia no... (risas)
    Además de recoger inspiración en prensa, ¿cómo es su proceso creativo?
    Todo lo que he escrito tiene el denominador común de venir de una experiencia personal, es decir, de algo que haya visto de cerca o que haya podido tocar con las manos. Por ejemplo, Tu enemigo es evidente que es una canción que habla de las fronteras, del miedo, de la ignorancia... No he estado en Siria pero he estado en una frontera yankie cinco veces este año y cinco veces me han encerrado por mi apellido. Tengo suerte porque no he tenido ningún problema y después se ha resuelto, pero en ese cuarto he visto otras cosas: gente que tenía que entrar al país por temas laborales, familiares, por comer, simplemente, o huyendo de algo peligroso... Todo en mí siempre nace de una experiencia personal.
    Esa protesta social y el amor son dos temáticas centrales en sus trabajos. De hecho, si hubiera más amor, como reivindica en sus canciones, también habría menos injusticias sociales.
    Yo le escribo al amor de una forma transgresora, al que no se puede contar y que no pondrías en el estado de Facebook. Además hablo del amor como salvación. Es un patrimonio enorme que tiene el ser humano y que cada vez usa menos. No practico ningún credo pero si hubiera un Dios en el que creo sería nuestra propia naturaleza y si ese Dios tuviera un mandamiento sería el amor. El amor se ha castigado mucho en las religiones, las que tienen inglesias, mezquitas o sinagogas... y me parece que es el gran error del ser humano.
    Y cómo le ha tratado la vida en este tema, en el amor.
    Muy bien, la verdad. Me siento un tipo afortunado. Soy de una familia muy humilde pero que ha practicado mucho el amor de verdad, no el de posturas. Tengo buenos amigos, pocos, pero buenos amigos, a los que quiero con locura. Me he sentido siempre en la necesidad de querer y ser querido. Conozco a gente que admiro y que es muy solitaria, pero yo no entiendo la vida así. Tengo un superávit de amor.
    Y luego está el amor del público, su admiración por usted y su trabajo.
    Yo el amor del público lo definiría, aunque parezca de poeta trasnochado lo que voy a decir, como energía. Cuando sales al escenario siento esa energía, un amor puro. Más de lo que de pueda decir alguien es lo que sientes, que en este caso no puedo explicarlo bien. Es pura energía que me tiene enganchado.
    Va a estar en Guadalajara en concierto este viernes, ¿qué va a ofrecer a los asistentes?
    Lo que hemos estado repartiendo durante toda la gira, que es eso, amor del bueno y, sobre todo, espontaneidad. No hay dos conciertos iguales. Dependemos de lo que es el público, de cómo quieren llevar el concierto hacia delante y por eso va cambiando mi discurso en cada uno de ellos. Digo lo que me ha pasado en el día, el porqué de cada canción... hay mucho diálogo y, especialmente, mucha energía.
    Además de la gira, ¿en qué más está trabajando ahora?
    Estamos trabajando en una edición especial que viene a ser una cara B, que es una continuación de El mundo y los amantes inocentes. La pretendemos editar a finales de noviembre y va acompañada de algo que me hace muchísima ilusión y por lo que he luchado muchísimo que es un DVD que grabamos en directo el 15 de junio. Es la realización de lo más importante, para que  la gente que no haya podido ir al concierto pueda ver lo que está pasando en esta gira.