'Los Sims 3 Medieval': así viven sin tele
08/04/2011 - 11:19
Foto: EA Games
Lo Mejor:
Rompiendo con la idea de que sencillamente se trata de SIM-ular la vida de una persona, LSM nos pone en la piel (¿o deberíamos decir en el espíritu?) de una divinidad llamada 'El Guardián', una especie de demiurgo que descubre que puede controlar a los humanos que le adoran y dirigir sus vidas para evitarles problemas tales como peleas innecesarias, hambrunas y, por supuesto, la extinción.
En el papel de 'Guardián' deberemos ir fundando reinos y haciéndolos prosperar con el fin de lograr un objetivo individual en cada territorio: desde conseguir levantar todos los edificios a lograr un alto índice felicidad ciudadana o incluso expandir los dominios a todo el mundo conocido.
Siempre, para empezar debemos crear a nuestro monarca y luego, a medida que vayamos realizando 'misiones', ganaremos puntos con los que comprar edificios, nuevos Sims y opciones nuevas que nos permitirán realizar más misiones con el fin de conseguir el objetivo.
Este desarrollo, aunque monótono en un principio, se ve enriquecido dependiendo de cómo creemos a los Sims que utilizaremos para avanzar. Así, no es lo mismo intentar crear un reino idílico con un rey sabio y justo, que intentar hacer lo mismo con uno que tiene accesos de ira constantes y con cierta adición a las faldas, ajenas a ser posible.
Ya, ¿pero es otro SIM más?
Para aquellos que pretendan jugar a un nuevo Los Sims, cabe advertir que se lo piensen dos veces. Aunque la interfaz y el control de juego sean muy similares a anteriores entregas, LSM es... diferente, a falta de una palabra mejor.
Si bien es cierto que podremos definir rasgos faciales, piel, pelo, edad y personalidad de cada Sim que creemos (como siempre) tambien es verdad que sólo podremos crear aquellos destinados a ocupar los puestos preeminentes del reino. Además, sus opciones de vestuario y peinado en un principio serán muy limitadas. Eso sí, podrán ampliarse a medida que desbloqueemos nuevos reinos y consigamos nuevos méritos. Con lo que aunque limitado, tenemos un juego en constante expansión a nivel de personajes.
Por desgracia, el entorno de juego no varía. Se ha prediseñado un mapa para todos los reinos y ese en ese en el que tendremos que jugar una y otra vez, reconstruyendo los edificios en su misma localización.
Y lo mismo pasa con los edificios, en cuyo interior la cámara no será de 360 grados, sino que contará con ángulos muertos que no podremos visualizar, perdiendo la posibilidad de ver cómo quedaría una decoración en la pared 'transparente' a través de la que visualizamos el interior de la casa.
Quizá todos estos 'defectos' se deban a que como ya se ha podido entrever, LSM no es un Sims al uso, sino un género híbrido entre el juego de rol y un simulador de casita de muñecas en la edad media. Lo cual no deja de hacerlo un producto muy entretenido y adictivo, como descubriremos tras los diez primeros minutos de juego.
Apartado técnico
En general, gráficamente es un juego muy limpio. Los colores vivos y la riqueza de matices son muy atractivos visualmente. Además, los movimientos de las criaturas no son nada forzados y su fluidez no cansa los ojos. Es una lastima que tarjetas gráficas menores de 1 GB tengan serios problemas para manejar las luces y los tonos. Para sacarle todo el partido al juego hay que apostar por una tarjeta medianamente potente.
Por suerte, el control ligero fácil e intuitivo del juego soporta bien el motor gráfico. Las opciones, acciones e interacciones de unos Sims con otros apenas dan lugar a glitches y bugs salvo notables excepciones o situaciones creadas por error o adrede por el jugador.
En el apartado sonoro tiene muchos puntos a favor. La música, que bien podría sonar en una feria medieval, crea un ambiente que es muy relajante e invita a sentarse tranquilamente a disfrutar de la partida. Su autor, John Debney, puede estar orgulloso de ser el responsable de la mejor música de ascensor jamás compuesta.
Conclusión
'Los Sims Medieval' es el juego destinado para todos aquellos que prefieran recrear las opciones que nos ofrece toda feria medieval, idealizando la Edad Media como en un cuento de hadas: ya sea manteniendo peleas en la taberna, luchando contra monstruos, interpretando aun bardo y seduciendo doncellas o simplemente luchando en un torneo como caballero.
LSM no está diseñado específicamente para los amantes del interiorismo y el diseño de hogares. De hecho, esta opción solo es un vestigio de otros Sims. La gracia principal del juego está en disciplinar a nuestras criaturas como una suerte de 'Tamagotchi' humanos.
El principal valor de LSM es precisamente romper el ideal de acercar al público femenino a los videojuegos, reconciliándose con el público masculino, ofreciendo una solución a matacaballo entre dos de los géneros más exitosos de los videojuegos: los RPGS y los Sims propiamente dichos.
En cualquier caso, 'Los Sims Medieval' es una apuesta segura tanto para los amantes de anteriores entregas como para aquellos que quieran darle una oportunidad a este estilo de juego, aunque sea solo por sentirse como reyes por un ratito.
GRÁFICOS:
- Se trata de una propuesta muy original en un entorno tan novedoso como es la Edad Media.
- Su modo de juego basado en misiones y tareas, reconciliará a muchos jugadores con Los Sims, al sentir que juegan a una especie de RPG.
- Es muy muy adictivo. Incluso cuando ya quieres dejarlo, te apetece seguir jugando.
- Si no estás acostumbrado a la mecánica de otros Sims el juego se hace poco dinámico.
- Las opciones respecto a otros Sims son notablemente más limitadas. No solo en cuanto a entorno, sino también en cuanto a creación de personajes y su papel en el mundo.
- Otra de las limitaciones más sonadas son precisamente las viviendas, cuyos espacios no pueden modificarse más que en lo tocante a la decoración.
Rompiendo con la idea de que sencillamente se trata de SIM-ular la vida de una persona, LSM nos pone en la piel (¿o deberíamos decir en el espíritu?) de una divinidad llamada 'El Guardián', una especie de demiurgo que descubre que puede controlar a los humanos que le adoran y dirigir sus vidas para evitarles problemas tales como peleas innecesarias, hambrunas y, por supuesto, la extinción.
En el papel de 'Guardián' deberemos ir fundando reinos y haciéndolos prosperar con el fin de lograr un objetivo individual en cada territorio: desde conseguir levantar todos los edificios a lograr un alto índice felicidad ciudadana o incluso expandir los dominios a todo el mundo conocido.
Siempre, para empezar debemos crear a nuestro monarca y luego, a medida que vayamos realizando 'misiones', ganaremos puntos con los que comprar edificios, nuevos Sims y opciones nuevas que nos permitirán realizar más misiones con el fin de conseguir el objetivo.
Este desarrollo, aunque monótono en un principio, se ve enriquecido dependiendo de cómo creemos a los Sims que utilizaremos para avanzar. Así, no es lo mismo intentar crear un reino idílico con un rey sabio y justo, que intentar hacer lo mismo con uno que tiene accesos de ira constantes y con cierta adición a las faldas, ajenas a ser posible.
Ya, ¿pero es otro SIM más?
Para aquellos que pretendan jugar a un nuevo Los Sims, cabe advertir que se lo piensen dos veces. Aunque la interfaz y el control de juego sean muy similares a anteriores entregas, LSM es... diferente, a falta de una palabra mejor.
Si bien es cierto que podremos definir rasgos faciales, piel, pelo, edad y personalidad de cada Sim que creemos (como siempre) tambien es verdad que sólo podremos crear aquellos destinados a ocupar los puestos preeminentes del reino. Además, sus opciones de vestuario y peinado en un principio serán muy limitadas. Eso sí, podrán ampliarse a medida que desbloqueemos nuevos reinos y consigamos nuevos méritos. Con lo que aunque limitado, tenemos un juego en constante expansión a nivel de personajes.
Por desgracia, el entorno de juego no varía. Se ha prediseñado un mapa para todos los reinos y ese en ese en el que tendremos que jugar una y otra vez, reconstruyendo los edificios en su misma localización.
Y lo mismo pasa con los edificios, en cuyo interior la cámara no será de 360 grados, sino que contará con ángulos muertos que no podremos visualizar, perdiendo la posibilidad de ver cómo quedaría una decoración en la pared 'transparente' a través de la que visualizamos el interior de la casa.
Quizá todos estos 'defectos' se deban a que como ya se ha podido entrever, LSM no es un Sims al uso, sino un género híbrido entre el juego de rol y un simulador de casita de muñecas en la edad media. Lo cual no deja de hacerlo un producto muy entretenido y adictivo, como descubriremos tras los diez primeros minutos de juego.
Apartado técnico
En general, gráficamente es un juego muy limpio. Los colores vivos y la riqueza de matices son muy atractivos visualmente. Además, los movimientos de las criaturas no son nada forzados y su fluidez no cansa los ojos. Es una lastima que tarjetas gráficas menores de 1 GB tengan serios problemas para manejar las luces y los tonos. Para sacarle todo el partido al juego hay que apostar por una tarjeta medianamente potente.
Por suerte, el control ligero fácil e intuitivo del juego soporta bien el motor gráfico. Las opciones, acciones e interacciones de unos Sims con otros apenas dan lugar a glitches y bugs salvo notables excepciones o situaciones creadas por error o adrede por el jugador.
En el apartado sonoro tiene muchos puntos a favor. La música, que bien podría sonar en una feria medieval, crea un ambiente que es muy relajante e invita a sentarse tranquilamente a disfrutar de la partida. Su autor, John Debney, puede estar orgulloso de ser el responsable de la mejor música de ascensor jamás compuesta.
Conclusión
'Los Sims Medieval' es el juego destinado para todos aquellos que prefieran recrear las opciones que nos ofrece toda feria medieval, idealizando la Edad Media como en un cuento de hadas: ya sea manteniendo peleas en la taberna, luchando contra monstruos, interpretando aun bardo y seduciendo doncellas o simplemente luchando en un torneo como caballero.
LSM no está diseñado específicamente para los amantes del interiorismo y el diseño de hogares. De hecho, esta opción solo es un vestigio de otros Sims. La gracia principal del juego está en disciplinar a nuestras criaturas como una suerte de 'Tamagotchi' humanos.
El principal valor de LSM es precisamente romper el ideal de acercar al público femenino a los videojuegos, reconciliándose con el público masculino, ofreciendo una solución a matacaballo entre dos de los géneros más exitosos de los videojuegos: los RPGS y los Sims propiamente dichos.
En cualquier caso, 'Los Sims Medieval' es una apuesta segura tanto para los amantes de anteriores entregas como para aquellos que quieran darle una oportunidad a este estilo de juego, aunque sea solo por sentirse como reyes por un ratito.
GRÁFICOS:
Más de lo mismo que en otros Sims. Modelado de personajes y de mundo muy limpio y con más detalles, pero nada del otro mundo. 6,9.
SONIDO:
SONIDO:
Bien orquestado y música que entra a tiempo. Ninguno son nada asombroso, pero sí muy buenos cumplidores de su papel. 7,5.
DIVERSION:
DIVERSION:
Solo por su adicción debería considerase como una droga. Es de esos juegos con los que es posible que las horas pasen sin que te des cuenta. 8,5.
TOTAL:
TOTAL:
Si te gustaron los anteriores 'Los Sims', juega y no te arrepentirás. Si no, también deberías darle una oportunidad (puede que te sorprenda). 8,1.
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