Luce, pero no brilla

15/01/2018 - 17:57 J. Pastrana

Netflix trata de poner en marcha su propia franquicia cinematográfica, un producto para los amantes de las buddy movies de los 80. El resto, mejor que se dediquen a ver otra cosa. 

BRIGHT

 

    Director: David Ayer
    Reparto: Will Smith,  Joel Edgerton,  Noomi Rapace,  Lucy Fry, Brad William Henke.
    Guión: Max Landis
    País: EE UU (2017)

 

Hablemos sobre la serie B. La serie B entendida como ‘películas de género sin grandes pretensiones’, el gran motivo por el que un servidor adora el cine. Allí donde Ciudadano Kane provocó aburrimiento,  Trueno Azul generó fascinación. Una pandilla alucinante, Razas de Noche, Jóvenes ocultos, Arma Letal.... Todas tenían en común la ausencia de pretensiones, como Indiana Jones, a la que sólo salvó de esta catalogación la genialidad de Spielberg.


Esa misma ausencia de pretensiones, esos simpáticos agujeros de guión y las herramientas habituales de cualquier buddy movie son los elementos claves de Bright, la gran producción con la que Netflix pretende crear su propia franquicia cinematográfica.

En sus orígenes, la serie B estaba compuesta por películas de bajo presupuesto, pero el paso de los años también ha ido cambiando eso. Ahora hay películas que respiran serie B por los cuatro costados, pero que se ruedan con presupuestos bastante olgaditos, como Kill Bill.

En Bright, resulta que existen las hadas, los orcos, los elfos y otros seres fantásticos. Todos ellos han convivido con los humanos durante siglos, aunque sin perder sus señas de identidad. La película ofrece un presente alternativo en el que un policía gruñón, Will Smith, tiene que patrullar con el primer agente orco, Joel Edgerton. Juntos se verán envueltos en un trama mágica y muy peligrosa. 

La mejor carta de Bright es sin duda su originalidad, la unión de géneros. La idea es volver a contar la historia que ya hemos visto mil veces en películas como Arma Letal, Límite 48 horas o la más reciente Dos buenos tipos, pero con un envoltorio distinto. Puede que le falte el desparpajo violento de la primera, la incorrección política de la segunda o los diálogos chispeantes de la tercera, pero a cambio ofrece al Will Smith de siempre, buenas escenas de acción, un mundo más complejo de lo que cabría esperar de entrada y un simpático Joel Edgerton.

Lo que tampoco se puede negar es que David Ayer no acaba de dar con la tecla exacta para hacer de ésta la gran película que podría haber sido porque, aunque reconozcamos que es una serie B simpática y entretenida, le falta la intensidad que podría haberla convertido en un clásico. 

 

PARA GUARDAR
Las escenas de acción y una puesta en escena que recuerda a las películas de acción ‘de antes’. La integración del mundo fantástico en el moderno.

PARA OLVIDAR
Cierta inconsistencia en el guión. Ayer no acaba de aprovechar al máximo las inmensas posibilidades que ofrece la historia.