Marruecos y las debilidades de España

Mientras continúan los atropellos y el apagón informativo en el Sahara que hacen prever los peores pronósticos en cuanto a la tortura y la violación sistemática de los saharahuis detenidos, el presidente del Gobierno de España ha sido claro: "tenemos que poner por delante los intereses de España" ¿Qué queda de aquel Zapatero que retiró las tropas de Irak a pesar del deterioro que supuso aquella medida en las relaciones con el país más poderoso de la tierra? Para evidenciar el entreguismo de España con Marruecos, la ministra Trinidad Jiménez hizo un vademecum de nuestros intereses -desde la seguridad antiterrorista, a la inmigración ilegal, pasando por los intereses económicos de las empresas españolas- en lo que en realidad era una lista de debilidades que garantizan que Marruecos pueda actuar con brutalidad e impunidad en el Sahara y pueda maltratar e incluso asesinar a ciudadanos españoles sin que el gobierno -¿socialista?- se atreva siquiera a condenar esas actuaciones ignominiosas ni tomar ninguna iniciativa internacional ni en el seno de la Unión Europea. Quedan pocos puntos de conexión entre el PSOE y el Gobierno con su electorado natural. Cada día que pasa, una nueva dejación de principios que parecían ser la piedra angular de un proyecto socialdemócrata. Las ideas y los proyectos han sido sustituidos por un frío calculo electoralista y por una política de oportunidad ajena a los principios que debieran ser prioritarios. Y además el cálculo está equivocado. Cómo en tantos otros asuntos, Zapatero está demostrando una ausencia intelectual de principios y proyectos. El Papa le dice a la cara que España está en una situación de "laicismo agresivo" similar al de la II República, y la diplomacia española y el PSOE no sólo callan sino que le regalan a la Iglesia el incumplimiento de la promesa electoral de la Ley de Libertad Religiosa. Dice Zapatero que no hay consenso para aprobarla: ¿Lo había para elaborar el Estatuto de Cataluña o la Ley de Memoria Histórica? La evolución de Zapatero hacia el oportunismo no sólo no va hacerle ganar un voto sino que le va a crear una brecha con su electorado natural que ya no tendrá tiempo de transitar. Como Zapatero no ha querido saber nada del pasado, quizá no sepa que los acuerdos de Madrid son ilegales y que la deuda de España con el pueblo Saharahui es tan importante, por lo menos, como lo que el considera la "defensa de los intereses de España" que consiste en dejar que Marruecos haga lo que le de la gana con nuestra política exterior. .