Másteres

24/06/2018 - 13:29 Javier Sanz

Han rulado otros másteres desde Cifuentes pero muchos han sido borrados de la hoja de servicio del titular.

Nunca estudiar tanto hizo tanto daño. O no estudiar. Da igual. Lo que hizo daño fue aparentar. O tampoco. Alguien filtró un máster que no lo era de doña Cristina Cifuentes, de la que ya nadie recuerda qué fue un día. El máster se convirtió en la prueba del nueve que delató la operación mal planteada. O sea, yo, del PP, como vosotros, no soy como vosotros, sino republicana, revisionista del aborto y la superwoman contra la corrupción, de la que vais a responder ya, empezando por la “Ciudad de la Justicia” que nunca lo fue y terminando donde yo quiera. En tres minutos llegaban a las redacciones de los digitales fotocopias como aviones de papel con letra explosiva. No siendo suficiente, por abundancia de sellos y firmas, se ejecutó el plan B: un vídeo con planteamiento, nudo y desenlace: segurata registra el bolso a superwoman en sala de supermercado. The end.
    La Rey Juan Carlos I, universidad donde un Profesor asociado se deja los cuernos para abrir la mollera del alumnaje, la ínsula Barataria que acotó en la periferia de la capital del reino el virrey Villapalos para otorgar prebendas, se ha visto en lo que nunca quiso. Acude cada mañana una tropa joven que no puede o no quiere pagarse una privada porque cree en lo que se despacha en las aulas públicas y escucha a una punta de profesores que cobran un tercio de lo que rinden. Ese era el guión, y el master quedó en cuarentena por abuso de poder de quien intentó ocultar esta zafiedad cuando el graduado legal creía que con esa inversión se accedía mejor a un puesto de trabajo.
    Han rulado otros másteres desde Cifuentes pero muchos han sido borrados de la hoja de servicio del titular. Un joven político con aspiraciones de presidir el PP está bajo sospecha por presunta falsificación de expediente, incluido otro máster. Sin embargo el asunto es otro. A Casado lo presentan como un mirlo blanco cuando la evidencia es que en siete años aprobó tres cursos universitarios. Eso no necesita investigación alguna de máster. Por mucho menos, desde “El Buscón” te mandaban a escardar. Hoy, se aspira a presidir un país que es de goma. Que Santiago, su patrón, lo siga protegiendo.