Mayo del año 1978... Aquella visita de los Reyes de España, para entregar las viviendas del Balconcillo

19/12/2016 - 19:17 Eduardo Díaz

Sin lugar a dudas, una de las fechas grabadas con letras de oro en la historia de Guadalajara y su provincia fue el jueves 20 de abril del año 1978. Ese día, los Reyes de España visitaban las principales localidades de la provincia, terminando su visita en la capital, lugar donde ya habían estado en calidad de Príncipes de España. La visita comenzó a primeras horas de la mañana en la localidad histórica de Molina de Aragón; donde los Reyes acompañados del ministro de Obras Públicas, Joaquín Garrigues Walker, representando al gobierno de la nación, el general Valenzuela y, por último, el marqués de Mondejar, llegaban en un moderno helicóptero. Una vez recibidos por el alcalde de la ciudad, Agustín García, los monarcas se dirigieron a inaugurar el nuevo parque, bautizado como Su Majestad, Don Juan Carlos I de España. Posteriormente en el salón de plenos del Ayuntamiento de la ciudad del Señorío de Molina, Don Juan Carlos, recibió la Medalla de Oro de la ciudad en bronce, ya que curiosamente días anteriores, la Casa Real había mandado unas cartas a los ayuntamientos, informando de que el Rey  no admitía regalos en metales preciosos para solidarizarse con los mas necesitados del país.
    Posteriormente, sus Majestades volvieron a coger la aeronave para dirigirse a la localidad de Sigüenza, donde fueron recibidos por el presidente de la Diputación Provincial, Carlos Vaamonde y el gobernador civil, Fernando Domínguez y García-Paredes. Por cierto, este gobernador fue acusado en las elecciones municipales de Guadalajara de presentar la lista de U.C.D tres minutos más tarde del tiempo establecido para entregar las listas en la Junta Electoral, siendo retirada la lista al finalizar la campaña electoral, por decisión de la Audiencia Territorial. En la capital seguntina, los Reyes inauguraron un centro sanitario, como homenaje al nuevo Hospital de Guadalajara que estaba a punto de finalizar sus obras e igualmente a los numerosos centros médicos que se abrirían posteriormente, en numerosas localidades de la provincia. Tras ser recibidos en el Ayuntamiento y ser nombrado Don Juan Carlos, alcalde honorífico de la ciudad, los Reyes se trasladaron al viejo castillo de la ciudad, convertido en Parador Nacional, donde almorzaron junto a las autoridades y periodistas de medios de comunicación que informaban de la visita Real a  la provincia de Guadalajara.
    Camino de Guadalajara en un vehículo oficial, los Reyes de España hicieron parada en la localidad de Alcolea del Pinar, donde visitaron la Casa de Piedra, construida por Lino Bueno en los primeros años del siglo XX. El interés del Monarca por conocer esta vivienda era debido a que su abuelo, Alfonso XIII, solía descansar en la citada casa, cuando se desplazaba desde Madrid a Barcelona.
    A media tarde, los Reyes de España llegaban a Guadalajara en una visita que no estuvo exenta de polémicas. Dos días antes de la llegada de los monarcas, el Ayuntamiento de Guadalajara dictó un bando en el cual se animaba a los ciudadanos a recibir calurosamente a los Reyes de España. En dicho bando se publicaba el itinerario que seguirían sus majestades, cambiando la calle Generalísimo Franco y Plaza de José Antonio, por las de Calle Mayor y Plaza del Consistorio. Ello produjo la inmediata reacción y queja de los partidos políticos Falange Española y Fuerza Nueva, que preguntaron al Ayuntamiento y Gobierno Civil en qué momento se habían cambiado oficialmente el nombre de dichas calles. El Ayuntamiento se vio obligado a retirar el bando municipal y sustituirlo rápidamente por otro, en el que ya figuraban los nombres oficiales de las calles. Igualmente, el gobernador provincial dio órdenes a los mandos policiales para que impidiesen cualquier ofrenda floral en la estatua del caudillo, situada justo enfrente de la fachada del Ayuntamiento. Por todo ello y debido al ambiente de crispación que había en algunos sectores de la derecha, varias personas, entre las que se encontraba el concejal del Ayuntamiento de Guadalajara, José Esteban Alda, fueron retenidas en la Comisaria de Policía Nacional, mientras se desarrollaba la visita Real en Guadalajara.
       Los Reyes fueron recibidos en el Ayuntamiento por el alcalde, Agustín De Grandes Pascual, el cual cedió el bastón de mando de la ciudad a Don Juan Carlos y por María Luisa Cotayna, esposa del inolvidable concejal y médico ya fallecido, Luis Suárez de Puga, la cual entregó a la Reina Sofía un ramo de flores.  Inolvidable fue el momento en el cual los Reyes se asomaron al balcón principal del Ayuntamiento, donde recibieron el calor y el cariño de las buenas gentes arriacenses. Posteriormente y en un vehículo descapotable se dirigieron al moderno barrio del Balconcillo, donde en un escenario provisional entregaron de forma simbólica las llaves de 744 Viviendas de Protección Oficial, que a partir de ese momento se llamaron popularmente como:  Las Casas del Rey. Una de las escenas mas emotivas fue cuando una señora, con lágrimas en los ojos, se acercó a la Reina Sofía, manifestándole que su marido se encontraba en silla de ruedas al faltarle las piernas y que le había correspondido una vivienda en el cuarto piso. La Monarca solicitó la presencia del alcalde y le rogó que solucionase el problema de la pobre señora, cosa que se produjo al día siguiente, cuando le cambiaron la adjudicación del cuarto piso por uno bajo.
       A las siete y media de la tarde los Reyes de España abandonaban la ciudad a bordo de un helicóptero estacionado en la explanada del Instituto de Enseñanza Brianda de Mendoza, finalizando una jornada que fue histórica para Guadalajara.