Mayos y rondas

04/06/2018 - 14:28 Luis Monje Ciruelo

La verdad es que pasé por cuatro pueblos y en los cuatro he visto el mayo enhiesto con flores, naranjas o la bandera nacional en lo alto.

Ya estamos a treinta del abril cumplido/ alegraos, damas, que mayo ha venido”dice la copla y añade en algunos pueblos: “El mayo que te ha tocado, si de tu gusto no es/ mañana, si vas a Misa, / ponte el mandil del revés”. El mayo es, como puede suponerse, el mozo que le ha correspondido en el reparto para este mes acordado. Y éste es quien debe procurar que a su dama le cante la ronda. Pero este año el mes de mayo no ha llegado con cara primaveral, y tal vez la lluvia y el frío hayan obstaculizado, sobre todo en las Serranías, esta tradición, aunque a lo largo de sus días parece que va mejorando. Al viajar ahora por la provincia he disfrutado del verdor que muestran ya los cultivos cerealistas en la Campiña y en las vegas y valles alcarreños, y he comprobado que en los pueblos se mantiene viva la secular tradición de “pingar, como dicen en Soria”, el mayo en la plaza o ante la iglesia, y  poner un ramo de flores o de verdes hojas en la ventana o balcón de la moza de sus amores.
    La verdad es que pasé por cuatro pueblos y en los cuatro he visto el mayo enhiesto con flores, naranjas o la bandera nacional en lo alto, al igual que como cuando al construir una casa se pone la  enseña nacional en el tejado. El que el mayo forestal, normalmente el chopo más alto de la vega,  haya sido plantado la última noche de abril es siempre señal  de buena convivencia entre los jóvenes, lo que se traduce en más frecuencia y más música y alegría en las rondas algo que no siempre ocurre, bien por rivalidades amorosas o bien por divergencias políticas, cada vez más frecuentes, como es muestra de buena convivencia el que el vecindario se congregue ante el mayo para asistir, como en algún pueblo ribereño del Tajo, a la quema de fuegos artificiales. El que el mayo esté o no junto al rollo o picota no depende ya de la voluntad municipal sino de que el rollo exista, señal de que el pueblo  mereció en tiempos la categoría de villa. Algo parecido a la concesión del título de ciudad, que depende del Gobierno, para lo que es condición indispensable, además de tener el mínimo de habitantes establecido, contar con  ciertas delegaciones administrativas de instituciones nacionales, lo que puede explicar que en Guadalajara solo sean ciudades la capital, Sigüenza y Molina, aunque haya alguna localidad de mayor censo que éstas que no lo es.   El campo ahora está, en frase coloquial, “que da gloria verlo”, quizá por eso mayo, no solo es el mes de las flores sino también de las romerías, tradiciones que tienen tanto en algunas personas de fervor mariano como de amor a la Naturaleza.