Medvedev se prepara para una contundente victoria en Rusia
01/10/2010 - 09:45
Rusia se prepara para depositar su voto en unas elecciones presidenciales donde el viceprimer ministro Dimitri Medvedev, uno de los hombres más leales al Gobierno de Vladimir Putin, es el principal candidato para hacerse con la victoria. Son unos comicios que se desarrollan en un ambiente tumultuoso, marcado por las turbias relaciones entre Moscú y los organismos de control electoral de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
Las últimas encuestas dan a Medvedev un 73 por ciento de la intención de voto de cara a estos comicios en los que concurren el líder comunista Gennady Zyuganov, el presidente del Partido Liberal Demócrata, Vladimir Zhirinovsky, carácter ultranacionalista y el cabeza visible del Partido Democrático --de orientación pro UE--, Andrei Bogdanov. En realidad, Medvedev ganó los comicios en el momento en el que recibió el apoyo de Rusia Unida, el partido del Gobierno de Putin, cuya imagen doméstica sigue siendo, a pesar de las múltiples protestas organizadas por la minoría opositora, virtualmente inexpugnable.
Entre los críticos destaca la figura del Gran Maestro de ajedrez, Garry Kasparov, o el ex primer ministro Mijail Kasianov --que cayó en desgracia con Putin en 2004--. Ambos no se presentarán a las elecciones por lo que consideraron "presiones del Kremlin" que les han impedido cumplir los requisitos necesarios para validar su candidatura. También la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) se ha negado a desplazar a sus observadores, cuya labor de supervisión del proceso electoral es considerada como fundamental para garantizar la legitimidad de los comicios.
Dimitry Medvedev (San Petersburgo, 1965), ex profesor de Derecho y actual presidente de Gazprom --la gasística más importante del país-- es el máximo favorito para suceder a Putin en la presidencia. Es una sucesión que ha despertado la animadversión de sus críticos en el momento en el que Putin aceptó la petición de Medvedev para convertirse en primer ministro tras estos comicios. Así, Putin seguiría ostentando un puesto de responsabilidad en la cúpula del Kremlin después de haber finalizado los dos mandatos que le garantiza la Constitución del país.
Los críticos de Medvedev le consideran un 'Putinita' de escaso carisma y que carece de una base de poder independiente. Como presidente de Gazprom, está relacionado intrínsecamente con la política económica rusa, que consolida el control del Estado sobre los recursos naturales y los elevados precios del gas que provocan la animadversión de antiguas repúblicas soviéticas como Georgia o Ucrania. Estos mismos detractores esperan que, tras las elecciones, Putin asuma el papel de "líder nacional" al frente del grupo parlamentario del Partido, convirtiendo a Medvedev en un mero títere.
Sin embargo, Medvedev es mucho más de lo que esconden estas impresiones. De hecho, es un candidato bastante más querido de lo que parece por los liberales del Gobierno ruso. "El ala liberal le apoya", considera un miembro reformista del Kremlin, "porque considera que (Medvedev) defiende el camino correcto en lo que se refiere a libertad de prensa, libertad de mercado y democracia, en general". El favorito, además, es considerado por Estados Unidos como una "elección digerible", según el ex viceprimer ministro y antecesor Alexander Voloshin.
Sin duda, el radical cambio de imagen que ha recibido el candidato, inicialmente frío y distante, ha dado resultado. Ahora, Medvedev es un devoto fan de los clásicos del rock y del heavy metal: sus bandas favoritas son Black Sabbath --"De esta banda, lo tengo todo", suele declarar orgulloso--, Led Zeppelin y Deep Purple, y un orgulloso melómano que defiende al vinilo frente a los compact discs.
Entre los críticos destaca la figura del Gran Maestro de ajedrez, Garry Kasparov, o el ex primer ministro Mijail Kasianov --que cayó en desgracia con Putin en 2004--. Ambos no se presentarán a las elecciones por lo que consideraron "presiones del Kremlin" que les han impedido cumplir los requisitos necesarios para validar su candidatura. También la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) se ha negado a desplazar a sus observadores, cuya labor de supervisión del proceso electoral es considerada como fundamental para garantizar la legitimidad de los comicios.
Dimitry Medvedev (San Petersburgo, 1965), ex profesor de Derecho y actual presidente de Gazprom --la gasística más importante del país-- es el máximo favorito para suceder a Putin en la presidencia. Es una sucesión que ha despertado la animadversión de sus críticos en el momento en el que Putin aceptó la petición de Medvedev para convertirse en primer ministro tras estos comicios. Así, Putin seguiría ostentando un puesto de responsabilidad en la cúpula del Kremlin después de haber finalizado los dos mandatos que le garantiza la Constitución del país.
Los críticos de Medvedev le consideran un 'Putinita' de escaso carisma y que carece de una base de poder independiente. Como presidente de Gazprom, está relacionado intrínsecamente con la política económica rusa, que consolida el control del Estado sobre los recursos naturales y los elevados precios del gas que provocan la animadversión de antiguas repúblicas soviéticas como Georgia o Ucrania. Estos mismos detractores esperan que, tras las elecciones, Putin asuma el papel de "líder nacional" al frente del grupo parlamentario del Partido, convirtiendo a Medvedev en un mero títere.
Sin embargo, Medvedev es mucho más de lo que esconden estas impresiones. De hecho, es un candidato bastante más querido de lo que parece por los liberales del Gobierno ruso. "El ala liberal le apoya", considera un miembro reformista del Kremlin, "porque considera que (Medvedev) defiende el camino correcto en lo que se refiere a libertad de prensa, libertad de mercado y democracia, en general". El favorito, además, es considerado por Estados Unidos como una "elección digerible", según el ex viceprimer ministro y antecesor Alexander Voloshin.
Sin duda, el radical cambio de imagen que ha recibido el candidato, inicialmente frío y distante, ha dado resultado. Ahora, Medvedev es un devoto fan de los clásicos del rock y del heavy metal: sus bandas favoritas son Black Sabbath --"De esta banda, lo tengo todo", suele declarar orgulloso--, Led Zeppelin y Deep Purple, y un orgulloso melómano que defiende al vinilo frente a los compact discs.