Momento para las fiestas

08/09/2017 - 13:43 Pedro Villaverde Embid

Es hora de disfrutar de los últimos compases de un verano que como todo tiempo de felicidad ha pasado demasiado deprisa.

La Natividad de la Virgen, el 8 de septiembre, extiende la fiesta por una provincia en la que muchas de sus localidades tienen como patrona alguna advocación mariana. Es, además, el colofón al periplo festivo y prácticamente la despedida al verano coincidiendo con la apertura de las aulas la próxima semana. Es hora de disfrutar de los últimos compases de un verano que como todo tiempo de felicidad ha pasado demasiado deprisa y lo queremos hacer poniendo de relieve lo bueno que conlleva la celebración de las fiestas de verano, no solo por el aumento del turismo al lugar que oferta  diversión y los ingresos que suponen para la hostelería, la restauración, los feriantes que encuentran en esta actividad su medio de vida, los cantantes y grupos de música que multiplican sus actuaciones, los ganaderos cuyas reses participan en festejos, los empresarios que se dedican a los fuegos de artificio, a la serigrafía de camisetas, la cartelería, la iluminación...  Además estos días de asueto, de convivencia y reencuentros, de fomento de la cultura y las tradiciones  suponen una inyección de ilusión que anima los corazones y levanta los ánimos hasta el punto de considerarse las fiestas de cualquier lugar como los días grandes del año. Hay fiesta, pues comamos y bebamos, olvidemos un rato los problemas que nos acucian, las diferencias que nos enfrentan, las dificultades que hay en cada vida para sumergirnos en la alegría colectiva que se comparte en la calle al son de las charangas y el colorido de las peñas. No es más que un oasis en el desierto, un breve paréntesis en la realidad, pero vivámoslo como un respiro, como una oportunidad para recuperar fuerzas y con renovadas energías afrontar la dureza de ese día a día que cada uno en sus circunstancias tiene que afrontar. No olvidemos tampoco a los que por una u otra causa no están para fiestas y respetemos su derecho a la tranquilidad. Seamos también algo más permisivos con el alboroto que nos priva del descanso pues son unas pocas noches de euforia y entusiasmo, incluso de esperada felicidad durante todo un año. Nuestra capital ya está en puertas de estas fechas tan especiales que deseamos cumplan las expectativas particulares y colectivas, no dejen incidentes que lamentar y si muchos momentos que recordar. Ánimo a los encargados de la seguridad y la limpieza y que todo salga bien. Felices fiestas.