Mucha ilusión, pero bajo el agua, en la Cabalgata de Reyes de Cabanillas del Campo

06/01/2018 - 12:03 Redacción

La lluvia no impidió la celebración de la llegada de los Reyes, aunque se hizo incómoda en la parte final.

Con la ilusión de siempre, pero con algo más de incomodidad de lo normal -debido a la persistente lluvia que acompañó a la ceremonia- se celebró este viernes la tradicional Cabalgata de Reyes en Cabanillas del Campo, último acto del Programa de Navidad que ha desarrollado el Ayuntamiento desde el pasado 14 de diciembre.

 

Resultó una Cabalgata en la línea de las de los últimos años: con mucha imaginación y fantasía en la comitiva que desfiló por las calles del casco del municipio, pero con menos público en las calles que en ocasiones anteriores, debido evidentemente al agua que caía del cielo. Las previsiones para la hora de la Cabalgata eran de “cielo cubierto y lluvia escasa”; y de hecho así fue en el inicio del recorrido, al que acompañó una lluvia fina que no impedía disfrutar de la fiesta. Sin embargo, el cielo descargó con más intensidad en el tramo final, cuando la comitiva llegaba a la Plaza del Pueblo, lo que hizo que los vecinos y vecinas congregados se tuvieran que resguardar como podían bajo los paraguas y los soportales.

 

La Cabalgata de Reyes 2018 comenzó algo después de las 18:30 a la altura de la Casa de la Cultura, y recorrió la calle Juan Rhodes, la plaza de la Iglesia y la calle Benalaque, hasta llegar al Ayuntamiento. Abría el cortejo el ritmo frenético de la Batucada de la Escuela de Música de Cabanillas, al que seguía bailando un nutrido grupo de animación de fantasía, en el que se vieron  acróbatas, tragafuegos o malabaristas vistosamente disfrazados, y que dieron muchísima vida al desfile. A continuación estaban las carrozas: Una llena de niños y niñas, organizada por las Asociaciones de Padres y Madres de los colegios de la localidad. Otra del Ayuntamiento, con muñecos gigantes de “Pepa Pig”. Y finalmente las tres vistosas carrozas donde iban montados cada uno de los tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, acompañados de su séquito. Además, también desfiló entre medias la Ronda de la Alegría, que llenó las calles de Cabanillas de villancicos tradicionales, y se pudo ver también un vistoso coche “tuneado”, que hacía las delicias de los más pequeños.

 

En la Plaza de la Iglesia la comitiva real se detuvo, como es tradición, para realizar la ofrenda al niño Jesús, en el Belén Viviente que cada año organiza en el lugar la Asociación San Blas. Finalmente se retomó la marcha, y la Cabalgata llegó hasta la Plaza Mayor, donde el grupo de animación trató de poner la sonrisa en el rostro de pequeños y mayores con una pequeña actuación.

 

 

Discurso en verso

 

Los Reyes Magos cumplieron también con su habitual cometido en Cabanillas, y se subieron al balcón del Ayuntamiento a ofrecer unas palabras a los congregados. Cabe reseñar que este año el discurso de Sus Majestades, que pronunció Baltasar, fue íntegramente en verso, estando conformado por estrofas de la tradicional métrica castellana del siglo XVII de la “décima” o “espinela”. Lo hicieron, según dijo Gaspar, para homenajear los actos celebrados en el año 2017 en la localidad, en los que se ha desarrollado el programa “Cabanillas en Verso”.

 

Tras el discurso, Sus Majestades se sentaron en el vestíbulo del consistorio a recibir a los niños y niñas que quisieron saludarles, e incluso entregaron sus regalos a algunos de ellos. Mientras, en el exterior, la Asociación de Mujeres “La Campiña” ofrecía al pueblo su tradicional roscón con chocolate caliente, muy que este año fue especialmente bien recibido por el personal, en una noche húmeda y fresca, en la que se agradecía la bebida caliente y reponedora.