Musulmanes en Guadalajara

01/09/2017 - 12:09 Pedro Villaverde Embid

Tanto el imán, como el presidente del Centro Islámico Alcarreño La Paz lanzan el mensaje a la gente de Guadalajara de que ellos no tienen nada que ver con esos radicales, a los que califican de delincuentes.

El dolor, la rabia, la frustración, el rechazo a la violencia, la condena de los salvajes atentados terroristas son sentimientos comunes a todos cuantos queremos una convivencia pacífica, en libertad y respetuosa con las distintas formas de pensar y sentir que hay en la sociedad. Las matanzas indiscriminadas, crueles y salvajes no deben llevarnos a criminalizar, desconfiar, odiar o tomar represalias contra los musulmanes que viven en nuestro propio barrio o ciudad y que con una cultura y modos de vida distintos, son unos vecinos más.
  Nueva Alcarria publicaba este lunes una interesante entrevista con el imán de la Mezquita de la Paz que lleva abierta cinco años en las Eras del Canario y donde nunca se han registrado incidentes ni problemas por la diversidad. Al día siguiente del atentado, en esta mezquita de Guadalajara eran unos trescientos, como cada viernes, día santo del Islam, los musulmanes que se juntaban a rezar. En el sermón condenaban apenados y de manera tajante lo sucedido en Barcelona. A las preguntas de nuestra periodista nos incidían en que su religión es de paz, de tolerancia y que todas las asociaciones y organismos del mundo islámico del mundo, todos, sin excepción, condenan estos hechos. Además muestran su incomprensión ante la forma de engañar a chavales tan jóvenes para perpetrar estos delitos. Tanto el imán, como el presidente del Centro Islámico Alcarreño La Paz y un voluntario, que actuó de traductor, lanzaron el mensaje a la gente de Guadalajara de que ellos no tienen nada que ver con esos radicales, a los que califican de delincuentes. Afortunadamente, también, nos dijeron que en este barrio de la Colonia de Sanz Vázquez- Eras del Canario, en el que siempre han tenido una buena relación con los vecinos, todo sigue igual y no han sentido ninguna hostilidad. “Conocemos a la gente y nos conocen. Hacemos actos culturales y otras actividades juntos”. Guadalajara, al igual que el resto de España, es una ciudad inclusiva, integradora, tranquila y esta comunidad, relativamente numerosa en el barrio, comparte sus momentos de charla en el bar o las puertas del templo sin mayor conflicto. Ahora nos piden que no les identifiquemos con unos asesinos recordando que hay 1.500 millones de musulmanes en el mundo y sólo unos pocos que intenten ensuciar el nombre del Islam.