Nepal refuerza su seguridad antes de la abolición de la monarquía

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
Dos bombas, que no causaron heridos, estallaron en la noche del lunes frente al edificio donde el miércoles se llevará a cabo la histórica sesión.
Un grupo nacionalista hindú hasta ahora desconocido -el G.F.P. Ramdir Sena-, probablemente monárquico, reivindicó las dos explosiones con una octavilla encontrada en el lugar.
“Las personas que hicieron esto intentan sembrar el pánico”, declaró a Durga Kumar, un responsable policial. Una tercera bomba estalló en el norte de Katmandú, frente al domicilio de una personalidad favorable a la república, sin causar tampoco víctimas.

Asamblea constituyente
La tensión ha ido aumentando en la capital nepalesa a medida que se acercaba el día de la primera sesión Asamblea Constituyente. Unos 10.000 policías fueron desplegados en torno al Palacio real y al edificio donde se llevará a cabo la reunión del miércoles. “Es posible que algunos elementos intenten provocar disturbios. Queremos estar preparados para esa posibilidad”, dijo Serbendra Janal, jefe de la policía de Katmandú, que prohibió las manifestaciones en varios puntos sensibles de la ciudad.
Los maoístas, que contra todos los pronósticos ganaron las elecciones del 10 abril y por consiguiente deben formar Gobierno, hicieron llegar a la capital a decenas de miles de miembros de su temido movimiento juvenil.
“Vamos a hacer venir a 50.000 miembros de la Liga de los Jóvenes Comunistas para celebrar la proclamación de la República el miércoles”, declaró su líder. Los maoístas se habían comprometido a incluir la abolición la monarquía en el orden del día de la primera sesión de la asamblea constituyente. La caída del rey Gyanendra marcaría el fin de la única monarquía hinduista del mundo, que reina desde hace 240 años. Considerado por sus partidarios como la encarnación del dios Vishnu, el rey Gyanendra subió al trono en 2001 tras el espectacular y misterioso asesinato de nueve miembros de la familia real por el príncipe heredero, quien acabó suicidándose.
La impopularidad del monarca tocó fondo cuando destituyó al Gobierno y se atribuyó poderes absolutos en febrero de 2005. Esto empujó a los principales partidos políticos nepaleses a aliarse con los rebeldes maoístas, sus enemigos históricos, para concluir un acuerdo de paz en 2006, que puso fin a una guerra civil que dejó más de 13.000 muertos. Los monárquicos advirtieron que destituir al rey podría provocar un nuevo conflicto, por considerar que la monarquía es esencial para mantener la neutralidad de este pobre y pequeño país del Himalaya, enclavado entre India y China.