No solo economía
Quien piense que los problemas por los cuales pasa España son sólo económicos, financieros y de empleo, se equivoca. A falta de que termine de una vez el período de traspaso de poderes, lo que nos va a dejar la etapa de gobierno socialista en el país es realmente dramático. Una ley que desvirtúa el sentido verdadero del matrimonio y que debilita la institución de la familia: la de las uniones homosexuales.
Una ley que facilita aún más la ruptura de los matrimonios: la del divorcio express. Una ley que convierte al asesinato en un derecho y que niega la objeción de conciencia al personal sanitario: la del aborto. Una ley que permite el libre acceso a métodos para esterilizar mujeres: la que permite vender la píldora del día después sin receta. Una ley que resucita heridas del pasado y vuelve a enfrentar a unos españoles contra otros: la de la memoria histórica. Una ley que obliga a los alumnos a estudiar contenidos que violentan su conciencia: la que introduce Educación para la Ciudadanía en los colegios.
Quizás en esta lista me estoy dejando algo, pero lo que ya se ha dicho es suficientemente importante como para que se vea con claridad que los problemas económicos, financieros y de empleo no son los únicos a los que se enfrenta el país. Todo esto es lo que ha de tener en cuenta el próximo presidente del gobierno. Y lo ha de tener en cuenta para derogarlo cuanto antes. España ha de recuperar su idiosincrasia y su manera de ser y, justamente, todas estas leyes mencionadas son un verdadero obstáculo que lo impide. En el fondo, lo que desea todo ciudadano es llegar a ser feliz, pero la felicidad no se puede alcanzar solamente con dinero en el bolsillo. Por tanto, lo que importa no es sólo la economía.