Obama, la política y la autocritica

04/11/2010 - 00:00 Carlos Carnicero

Figurarse a un político español, en la noche electoral, afirmando que "ha recibido una paliza" de los electores es un ejercicio de imaginación que supera los límites de las más apasionantes fantasías. Ocurre en Norteamérica y en otros países del mundo, sólo porque sus dirigentes han aprendido algo tan elemental como que los ciudadanos prefieren la sinceridad de una autocrítica y la humildad del reconocimiento de un error que el conjunto de frases huecas que adornan el discurso de nuestros políticos. Ante todo la humildad y el reconocimiento de la realidad es una manifestación de respeto a la inteligencia de los ciudadanos. En España, en una noche electoral, sino fuera por la tozudez de los datos, sería imposible identificar a un perdedor, porque el malabarismo de las cifras permite a todos mostrarse como ganadores en una u otra parcela comparativa que les alivia de confesar su adversidad. El lenguaje político se está deteriorando hasta un punto en que es difícil averiguar lo que de verdad piensa quien se manifiesta. La exaltación de la obviedad encuentra su complemento en la desvergüenza para negar la evidencia y la caradura para decir una cosa y la contraria sin apenas intervalo de gente. Lo más extraño es que personas que han hecho de la política su profesión y de la ambición su metodología son incapaces de valorar que la desafección de la política les va a conducir irremediablemente al paro. Es muy difícil de sostener una situación como la de España en la que la inmensa mayoría de los electores de los dos grandes partidos muestran su rechazo a los candidatos a los que se van a ver obligados a votar si quieren ejercer este derecho. Invertir la tendencia a despreciar la inteligencia de los ciudadanos debiera ser el primer paso de la recuperación de la confianza en la política. Pero no hay ningún dato en el horizonte que apunte a que uno de los dos grandes lideres aprenda a decir que ha recibido una paliza como ha tenido la inteligencia de hacer Barck Obama.