PASTO DE LOS VÁNDALOS uno de los puentes árabes más antiguos de España
El Puente Árabe de Guadalajara, que recientemente ha estrenado nueva iluminación, ha aparecido vandalizado, pasto de los graffiteros. Once siglos de conservación echados por tierra gracias a un vándalo que firma como “Bro” que acaba de concluir uno de sus mayores atentados contra el Patrimonio recogido como delito en el artículo 323 del Código Penal.
No es la primera vez que se ve en la capital tal rúbrica con la que se destruye el patrimonio monumental capitalino, acompañado de otra serie de firmas sin sentido y con un objetivo tan absurdo como concreto: la fama.
Además, el entorno se aprecia más pintadas, como la que echa por tierra el cartel que informa sobre la Casa de Compuerta del antiguo molino del Duque del Infantado.
Según el artículo 323 del Código Penal, para los daños o expolio que pueden darse en bienes de valor histórico, artístico, científico, cultural o monumental, así como en yacimientos arqueológicos, subacuáticos o terrestres, se prevé pena de prisión de 6 meses a 3 años, o multa de 12 a 24 meses.
El Puente sobre el río Henares fue inicialmente atribuido a Roma, pero tras el estudio del historiador Torres Balbàs se constató que se trataba de una obra árabe del siglo X, realizada dentro de los programas constructivos de Abd Al-Rahman III.
Se trata de un viaducto que cruza el río Henares a su paso por Guadalajara y es la construcción más antigua que conserva la ciudad. Además de ser uno de los pocos puentes andalusíes conservados actualmente en España.