Pastrana, cita ineludible

La Villa Ducal de Pastrana, lugar con múltiples atractivos para el turista, como La Colegiata, el Palacio Ducal, los conventos fundados por Santa Teresa de Jesús y sus estrechas y empinadas calles, es escenario desde este jueves, por trigésimo cuarta vez, de la que es la feria española más antigua dedicada a la apicultura y un referente internacional. Las empresas más relevantes de Europa e Iberoamérica se dan cita en la Plaza de la Hora en la más variada exposición del mundo apícola, punto de encuentro de los profesionales del sector llegados desde los más diversos países y lugar de interés para el público que disfruta del amplio surtido de productos que se derivan de la miel. Prueba del interés y del éxito de esta muestra que se repite cada año con un programa similar es el crecimiento del número de stand que en esta ocasión supera el medio centenar y sobre todo el hecho de que nada más finalizar la muestra los expositores ya reservan su espacio para la siguiente edición, existiendo lista de espera. El intercambio de experiencias, la adquisición de nuevos conocimientos y el volumen de negocio alcanzado lleva a la satisfacción de los participantes incluso en estos últimos y difíciles tiempos. El formato, basado en una exposición complementada con conferencias sobre asuntos de actualidad y diferentes concursos, ha calado tanto entre los vecinos de Pastrana, como en los centenares de visitantes y países participantes. Son pocas las novedades porque no son necesarias pero en esta ocasión al habitual interés se suma la celebración del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús que dejó su huella en Pastrana en 1569. La visita a la ciudad de traza medieval es el complemento ideal a la feria y viceversa. Cabe reconocerse el apoyo que la Diputación Provincial ofrece a esta muestra en la que participa con un stand que promociona el turismo provincial, así como destacarse el trabajo de la Fundación Feria Apícola en su organización y de manera particular la de su director gerente, José Luis Herguedas, uno de sus impulsores en aquella década de los ochenta.