Policía LENE

Frente a la impresión que ha terminado por imperar como consecuencia de los incidentes independentistas del pasado 1-O en Cataluña, porque el Gobierno de la Generalitat ha sido más hábil que el nacional  en su aprovechamiento propagandístico, mi opinión es que tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil actuaron como policia lene o sea con  suavidad y blandura impuestas por las circunstancias y las órdenes recibidas,  muy lejos de la habitual y obligada dureza  con que se emplean los antidisturbios cuando son requeridos. Y no hablo de los Mossos d’Esquadra porque con su indecente pasividad en el cumplimiento de lo ordenado por el juez para impedir la votación, han demostrado con su escasa fiabilidad  que no pueden ser considerados un Cuerpo de Seguridad. Y eso que llamaron, incluso por escrito, a los antidisturbios de la Policía y la Guardia Civil en su ayuda, y estos, claro, ante el muro humano que les impedía su acceso a los centros de votación, entre ellos mujeres, niños y ancianos en primera fila, tuvieron que suavizar sus formas y aguantar insultos cara a cara, empujones y escupitajos que como hombres sin uniforme nunca hubiesen soportado. En vísperas de su patrona, la Virgen del Pilar, bueno es destacar que un guardia civil ayudó, pese a los insultos recibidos, incluso, a alejarse  del barullo  a un insensato que había ido con su hijo en brazos a enfrentarse a los antidisturbios de la Guardia Civil. Un motivo más para felicitar a la Benemérita, siempre próxima a la gente y fiable como Cuerpo de Seguridad. Felipe González dijo al llegar al Gobierno que había descubierto a la Guardia Civil. Me parece que Pigdemont también la ha descubierto ahora, y no dudará nunca entre los catalanes Mossos d’Esquadra y la españolísima Guardia Civil, la institución más valorada por los españoles no catalanes Menos mal que el Rey habló claro y directo para denunciar a los verdaderos culpables de este delito de sedición. Ahora es de esperar que hagan lo mismo, y con rapidez,  los Tribunales porque estamos deseando, sin odio ni venganza, ver en la cárcel desde Trapero, el Mayor de los Mossos, a Puigdemont y Junquera, nombres que no hacía falta recordárselos ni a Rajoy ni al fiscal general del  Estado.